sábado, 4 de abril de 2020

Chile, desierto de Atacama. I


Los trámites aduaneros en la frontera entre Perú y Chile han sido los más fáciles de Latinoamérica, en unas mismas oficinas se hacen los de los dos países. El único inconveniente para entrar en Chile es que no se puede traer ningún producto perecedero, fruta, verdura, carnes, huevos….




El 25 de octubre cruzamos la frontera. A tan solo 15 km. llegamos a la ciudad de Arica, la más importante del norte de Chile con 243.000 habitantes.







Teníamos necesidad de cambiar las ruedas y por contactos con otros viajeros sabíamos que en Arica vendían unas de nuestra medida, que no habíamos encontrado en toda Latinoamérica. La última vez que las cambiamos fue en Malasia.




Gracias a René, a su familia y a Iván, no solamente hemos encontrado unas cubiertas en Arica, sino unos amigos a los que estamos muy agradecidos por toda la ayuda que nos han prestado. Entre otras cosas, este año dejaremos el camión en su casa para ir a España por Navidad.

Antes de eso queremos visitar el norte de Chile. A solo 12 km. de Arica esta el museo arqueológico de las momias de Chinchorro en San Miguel de Azapa.




Este museo alberga objetos de los primeros pobladores de este desierto hace unos 10.000 años.




Pero lo más relevante son las momias de la cultura chinchorro, que datan del 6000 al 2000 a.C., consideradas las más antiguas del mundo.




A unos 8 km. hacia el sur, siguiendo la línea de la costa fuimos a ver las cuevas de Anzota.







Las cuevas de Anzota eran antiguas prospecciones mineras, que hoy se han convertido en un pequeño parque natural con un paseo a través de las distintas cavidades.







Algunas de estas cuevas son naturales y fueron habitadas hace miles de años, como lo demuestran algunas pinturas rupestres.




Un paseo muy agradable junto al mar, rodeados de miles de aves.







Regresamos de nuevo a Arica para tomar la nacional 5, la única carretera que se dirige hacia el sur, rodeados por el desierto costero.




A unos 15 km. en lo alto de una colina, rodeada por el inmenso desierto, se alzan las esculturas denominadas Presencias Tutelares.







Fueron esculpidas en 1997 y el artista quiere transmitir la cosmovisión de las antiguas culturas mirando al sol y a la luna.







Las montañas de arena del desierto chileno son de unas gigantescas proporciones. Los pequeños riachuelos que descienden de la cercana cordillera de los Andes proporcionan una raya de vida.







Ahora dejamos la carretera principal para dirigirnos a Caleta Camarones junto al Pacífico.







Aquí se  han encontrado restos de la cultura chinchorro, cazadores, recolectores, que poblaron la zona norte del desierto de Atacama hace 8000 años.




 Estas esculturas representan a las momias que fue su forma de enterramiento.




Pasamos unos tranquilos días paseando junto al mar, pues el baño casi es prohibitivo por la maldita corriente de Humboldt que mantiene el agua muy fresca. Además es la causante del desierto costero por la falta de lluvias.







En un lejano espigón, donde hay cuatro barcas de pesca, tuvimos la suerte de ver a las esquivas nutrias marinas.







En un altozano dominando Caleta Camarones existe otra estatua que representa una momia de un niño chinchorro.




Al otro lado de la bahía el río Camarones forma una laguna en su desembocadura, donde se mezcla el agua dulce y salada.




A unos 30 km. continuando por la Panamericana hacia el sur, nada más cruzar el río Chiza hay unos enormes geoglifos.




Seguimos por el inhóspito desierto que ahora nos depara otro interesantísimo encuentro con sus ancestrales culturas en Tiliviche.







Las arenas del desierto no les permitían a estos primeros pobladores realizar pinturas o esculturas y su arte lo tuvieron que plasmar en estos geoglifos. Gracias a la ausencia de lluvias se han mantenido hasta nuestros días.




La línea negra del asfalto es el único color que rompe la regularidad del desierto.




En el pueblo de Huara nos desviamos hacia el este para ver el Gigante de Atacama, que se encuentra en la cara norte del cerro Unitas. Aunque no lo parezca en la fotografía, este geoglifo tiene 86 m. de alto, una de las representaciones más grandes de una figura humana.




En el cruce hacia Iquique se encuentra la mina Humberstone, que empezó a funcionar en 1820. El salitre era necesario para la fabricación de explosivos y sus nitratos muy valiosos como abono. En 1960  la aparición de los nitratos artificiales termino con la vida de esta mina.










Hoy está protegida por la Unesco y recorrerla nos retrae a tiempos pasados.










Más que una mina es un poblado donde llegaron a trabajar 3700 personas, su visita aparece como un silencioso conjunto de calles, plazas vacías y edificios desiertos, como el teatro, las escuelas o la panadería…..













A partir de aquí decidimos continuar descendiendo a lo largo de la costa y así llegamos a la rica ciudad de Iquique, atrapada entre el Pacífico y la meseta desértica.








Goza de un gran desarrollo gracias a sus ricos depósitos de minerales, conocida como la capital de los nitratos.







Nuestra llegada a Chile ha coincidido con una oleada de manifestaciones, protestas y disturbios callejeros que han ocasionado la muerte, hasta ahora, de 23 personas, más de mil heridos. En Iquique presenciamos una de estas multitudinarias manifestaciones.




Seguimos costeando embriagados con las calas y playas que la mar ha horadado en la costa, que nos hacen parar a menudo para contemplar el paisaje.










La corriente de Humboldt que no nos deja bañarnos, por sus frías aguas,  aporta tal cantidad de plancton del que se alimentan numerosas especies. Como estos miles de pájaros que cubren la playa.







Pequeños pueblos pesqueros se suceden a lo largo de la ruta.
















En Tocopilla dejamos la costa y nos dirigimos hacia el interior. En Calama esta la mina de cobre Chuquicamata, la más grande del mundo a cielo abierto, unos 3 km. de ancho por 5 de largo y una profundidad de mil metros. No la pudimos visitar por las huelgas actuales.







 Continuamos hacia la aldea de Chiu Chiu.




Esta población conserva la iglesia más antigua de Chile, construida en 1540 en estilo colonial español, con dos campanarios y gruesos muros de más de un metro de espesor. El techo y las puertas son de madera de cactus y las vigas de algarrobo.







A solo ocho kilómetros al norte se encuentran las ruinas de Pucara de Lasana.




Los pucaras son fortalezas preincaicas del imperio Tiahuanaco, que se construyeron entre los años 1000 y 1450 d.C., para proteger las rutas comerciales, en lugares estratégicos.




En este caso, para proteger la vega del río Loa en el desierto de Atacama.




Muy cerca paramos junto a la laguna Inca Coya.




Sobre esta laguna existe la leyenda de que no tiene fondo y parece que en ella se sumergió Jacques Cousteau para medir su profundidad y no pudo.




Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas…….

La obtención del salitre fue el primer gran impulso en la economía chilena de principios del siglo XIX.

También de aquí surgen las primeras contiendas de los trabajadores para obtener un sueldo adecuado y unas jornadas más justas, que se saldó con la muerte de mineros en la famosa masacre de 1907.

Pablo Neruda lo sintetiza en este poema:

Salitre, harina de luna llena   
cereal de pampa calcinada,   
espuma de las ásperas arenas,  
jazminero de flores enterradas.  

Polvo de estrella hundido en tierra obscura,    
nieve de soledades abrazadas,     
cuchillo de nevada empuñadura,   
rosa blanca de sangre salpicada.

1 comentario:

  1. No sabía que había geoglifos en esa zona. Me han encantado.
    El poema de Neruda, magnífico.
    Abrazo desde el confinamiento madrileño.

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