Puno, con sus 130.000 habitantes es la población más
importante del Lago Titicaca. Fundada en 1668 por el Conde de Lemos y virrey de
Perú, la bautizó con el nombre de San Carlos de Puno.
El lago Titicaca se encuentra a 3.800 m. de altura, lo que lo
convierte en el lago navegable más alto del planeta y el segundo más grande de
Sudamérica con 194 km. de largo y 80 en su punto más ancho.
Del puerto salen numerosas embarcaciones de pasajeros hacia
las distintas islas del lago.
Una de ellas nos lleva a visitar las islas flotantes de los
uros.
Los uros construyeron sus peculiares islas flotantes hace
siglos, para escapar de los pueblos hostiles de tierra firme.
En la actualidad hay más de 40 islas flotantes, construidas
amontonando totora sobre las raíces de esta planta. Para mantener la
flotabilidad cada semana se van colocando nuevos juncos.
El barco nos lleva a una de ellas, donde vive una familia que
nos explica su forma de vida y sus tradiciones. Estas pequeñas islas solo tienen
unos 50 m. de largo por 20 de ancho.
Para nosotros es una gran decepción pues ahora son solo islas
montadas para el turismo y las únicas embarcaciones de totora que vimos las
utilizan para pasear a los turistas, empujadas por una barca con un fueraborda.
Para terminar el recorrido, nos llevan a otra isla donde hay
dos restaurantes, donde ni siquiera han cuidado la estética de su construcción
tradicional.
Desembarcamos de nuevo en Puno, bordeamos parte del lago y nos
fuimos a dormir a la península de Chacuito.
Aparcamos en lo alto de una colina con vistas al lago. Al
atardecer, los últimos rayos de sol iluminan las cumbres nevadas de la
Cordillera Real de Bolivia.
Desde el lago Titicaca iniciamos el descenso hacia la costa.
A unos 57 km. de Puno paramos en las aguas termales de Collpa
Apacheta. Donde nos dimos un relajante baño en estas aguas medicinales.
Entre los 3000 a 4000 metros de altitud es el hábitat ideal de
las llamas y con frecuencia vemos rebaños.
Llegamos al oscurecer a la aldea de Titire, situada a 4.360 m.
Allí nos quedamos a pasar la noche, una de las más frías que hemos tenido en el
altiplano, la temperatura descendió por debajo de los 0º y se congeló el agua en las tuberías.
Siguiendo la carretera, a unos tres kilómetros del pueblo se
encuentran unos géiseres.
Al no estar publicitados no les dimos mucha importancia, pero
cuando bajamos a verlos nos quedamos alucinados de las formaciones rocosas que el río había horadado.
Formando una caverna donde el terreno se ha desplomado,
dejando unos fascinantes puentes de piedra.
La zona está horadada por múltiples y pequeñas galerías,
poblada por estos grandes roedores de cola larga.
Las llamas y vicuñas siguen apareciendo a lo largo de la ruta.
Conforme descendemos de las montañas el paisaje se va
transformando y de nuevo lo ocupa el desierto costero.
La carretera desemboca en la población de Ilo en la costa del
Pacifico.
Ilo es un importante puerto pesquero y su malecón junto al
mar, su principal atractivo. Allí conviven pescadores, pelícanos y lobos
marinos.
Seguimos costeando hacia la frontera.
Por ese eterno paisaje que se extiende desde que abandonamos
Ecuador, donde las arenas del desierto chocan con las azuladas aguas del mar.
Las lagunas costeras reciben a los flamencos en su larga
migración desde el norte buscando temperaturas más cálidas en el verano
austral.
Las pequeñas aldeas de pescadores son la única nota de color
en el paisaje.
Unos kilómetros después llegamos al puesto fronterizo de
Chacalluta.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas………..
Perú con 1.300.000 km2, es el tercer país en tamaño de
Latinoamérica.
Geográficamente se divide en tres regiones: la Cordillera de
los Andes y el altiplano, que como una columna vertebral separa al país de
norte a sur, teniendo al este el desierto de la franja costera, desde la
frontera ecuatoriana a la chilena y al oeste la región amazónica que ocupa la
mitad de su territorio.
Climatológicamente solo hay dos estaciones: de mayo a octubre
es seco y cálido, y de noviembre a abril es la estación de las lluvias. Aunque
en el desierto costero raramente llueve debido a la corriente de Humboldt que
mantiene las aguas frías y el ambiente fresco.
Después de recorrer 4.461 km. por este país, podemos decir que
las carreteras principales están en buen estado, las secundarias regulares y
las pistas de tierra bastante malas. Lo peor de todo son los muertos o
reductores de velocidad, que continuamente te hacen parar. Son realmente
desesperantes, especialmente para los que conducimos camiones.
El precio del gasoil es de 0,88 euros/litro.
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