lunes, 22 de octubre de 2018

EEUU, del Cañón del Colorado a Las Vegas.



Salimos de Bryce Canyon con dirección sur y la carretera continua bordeando montañas y valles de piedra rojiza.







Los parques del sur de Utah quedan atrás. Hacemos un alto para recopilar información sobre el Cañón del Colorado en la ciudad de Kanab, fronteriza con Arizona.







La oficina de turismo nos recuerda la cantidad de películas del oeste que se han rodado en estos parajes.




Nuestro recorrido natural nos lleva a visitar el Cañón del Colorado por su parte norte. El único inconveniente es que hay que salir por la misma carretera y repetir los últimos 130 km.




La ribera norte se encuentra a una altitud entre 2400 a 2600 metros, aquí ha desaparecido el árido desierto y entramos en una zona climática de tipo canadiense, con bosques de pinos y abetos.







Nada más entrar en el parque, en la pradera vemos una manada de bisontes.










Las crías son una simpática estampa sesteando desde primera hora de la mañana.




Llegamos directamente al camping pero esta todo reservado, tendremos que pasar la noche fuera del parque. Desde aquí sale un sendero hasta la Punta del Angel.







Las dimensiones del cañón son de tal magnitud que es imposible captar desde los miradores toda su grandeza.







Esta profunda brecha tiene una longitud de 350 km., con una anchura máxima de 30 km. y una profundidad de 1500 metros.







La visita por la ribera norte tiene varias ventajas, está poblado de pinos, a una altura superior de 400 metros sobre el lado sur y lo mas importante, es muchísimo menos turística, el sur lo visitan unos 4.000.000 de personas al año y este solo 400.000.




Cerca de este mirador y sobre el acantilado se encuentra el lodge y desde sus ventanales se pueden ver las vistas sobre el cañón.







Desde aquí unos 35 km. de estrecha carretera nos conducen hasta el Cabo Real.







Donde vemos por primera vez al fondo del cañón el rio Colorado.




Otra pequeña caminata nos lleva a la Ventana de los Ángeles.







En febrero de 1540, un grupo de españoles, bajo el mando de Francisco Vazquez de Coronado, partió de Méjico y exploro gran parte del cañón, siendo los primeros europeos que lo hollaron.







El último sendero nos lleva a Cabo Final.







Dejamos atrás la buena temperatura y los bosques de coníferas del parque y regresamos por la misma carretera.




El paisaje, conforme descendemos de altitud se vuelve seco y árido.







Ahora circulamos por la autopista I15 que nos llevara a Las Vegas en Nevada.







400 kilómetros después y 2000 metros menos de altitud, entramos en la llanura desértica, donde se encuentra Las Vegas. 




Bajo un sol de plomo recorremos las atestadas autovías de esta ciudad convertida en un inmenso parque de atracciones para adultos.




El Hotel Circus  Circus, en el centro de la ciudad, tiene una zona habilitada para caravanas y es una buena opción para conocer la ciudad.




Desde su fundación Las Vegas permanece abierta las 24 horas del día, solo ha cerrado el día de la muerte del presidente Kennedy.




Mientras nosotros descendíamos por el norte, nuestro sobrino Paco viajaba desde Florida a California y establecimos esta ciudad como punto de encuentro.




Durante el día el calor es insoportable, con una temperatura en verano que supera los 40º. Al anochecer, cuando se suaviza, las calles se llenan de gente, sobre todo el famoso Boulevard Las Vegas.




Nos parece incomprensible que esta ciudad sin ningún atractivo, que no sea el juego y la diversión, sea visitada todos los años por 40 millones de turistas.







Cuando el sol desaparece, el neón es el auténtico protagonista de la calle. Aquí se encuentran algunos de los hoteles más lujosos, grandes y extravagantes del mundo.







A pesar de todo, merece la pena una visita para conocer de cerca este extravagante mundo.










Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas……………

En 1840 se crea en el valle de Las Vegas, en pleno desierto, un lugar de acampada para las caravanas que transitaban el antiguo camino español, que unía Santa Fe en Nuevo Méjico con San Francisco en California.

Después vendría el ferrocarril en 1905.

Pero el verdadero impulso lo obtuvo esta ciudad cuando Nevada autorizo el divorcio, rodeado de estados conservadores y puritanos.

Este trámite exigía un periodo de 42 días de estancia en Las Vegas. Así en 1931 se autorizó todo tipo de juegos para distraer al personal durante esos días.

El primer visionario fue el gánster Benjamin Siegel, apodado Bugsy (que en yanqui significa majara), que construyo el primer casino gigante en 1946, el Flamingo.

Hoy en día Las Vegas representa todas las contradicciones y locuras del país: desmesurada arquitectura, despilfarro eléctrico, comida abundante a discreción, frenesí por ganar o por gastar, matrimonios o divorcios relámpagos………

Su apodo Sin-City o la Ciudad del Pecado, bien define a este país tan puritano.