miércoles, 23 de mayo de 2018

Canadá, entre la pradera y las montañas.



Nuestra última parada en la provincia de British Columbia es  el pueblo de Fernie. Célebre por sus deportes de invierno, dicen que tienen la mejor nieve en polvo de las Rocosas.




Fue destruido por el fuego en 1904 y desde entonces todos los edificios se construyen en piedra y ladrillo.




Un bonito y arbolado pueblo, donde destacan los edificios históricos, tribunales y ayuntamiento, con un marcado estilo de palacio francés.




Rodeados por los grandes picos de las Rocosas, continuamos hacia el oeste.







A partir de Sparwood las montañas pierden su altura y se suavizan en lomas ondulantes, entramos en la región de las grandes praderas de la provincia de Alberta.







Junto a la presa del rio Oldman hay un buen lugar de parada, es una zona recreativa, para uso solo de día.







Entramos en la reserva india de los Napis y los Pies Negros.










La pradera está cubierta por el manto verde de las primeras hiervas de la primavera, los arboles han desaparecido del paisaje. Y por una pista de tierra nos desviamos hacia nuestra próxima parada Head-Smashed-In Buffalo Jump.







Head-Smashed-In Buffalo Jump es patrimonio de la humanidad. Fue un sistema de caza de bisontes utilizado por los pueblos aborígenes hace 9.000 años.




La visita al centro de interpretación, que ocupa varios pisos enclavados en la montaña, es lo más interesante de este lugar.










Los indios disfrazados con pieles de animales, provocaban la estampida de los bisontes. Los días anteriores, las mujeres acumulaban montones de piedra marcando y dirigiendo la estampida hacia una cortadura en el terreno, de unos 20 metros de altura, por donde se precipitaba la manada. Estas matanzas les proporcionaban carne a todo el poblado para pasar el duro invierno.













Sobre el terreno, hoy día, solo es apreciable la pequeña falla.




Llegamos a última hora de la tarde, el centro de interpretación estaba cerrado y una manada de berrendos pastaba tranquilamente en sus alrededores.










A partir de aquí, nuestro rumbo será hacia el sur y nuestro destino el Parque Nacional de los lagos Waterton.







Aunque no es tan conocido, sus paisajes son tan impresionantes como los de cualquier otro parque de las Rocosas.







Pero la multitud de incendios del verano pasado tuvo consecuencias catastróficas para este parque, la mitad de su bosque fue consumido por el fuego y el 90% permanece cerrado.







A unos pocos kilómetros de la entrada, en lo alto de una colina que domina los lagos Waterton se encuentra el emblemático hotel Príncipe de Gales construido en 1927.










En una pradera cercana pastan unos muflones de grandes cuernos. Nunca antes las habíamos contemplado tan próximas.










Continuando hacia el interior del parque llegamos al pequeño pueblo de Waterton que vive del turismo estacional, ahora prácticamente cerrado.










Solo pudimos pasear un poco alrededor del lago y visitar la cascada Cameron.







Debido a la inusual dureza del invierno, la carretera que une este  parque con el de los Glaciares en Estados Unidos permanece cerrada y tenemos que desviarnos por la carretera hacia Cardston. Una pequeña población, donde lo único destacable aparte de algún edificio histórico de primeros del siglo XX, es el impresionante templo mormón de granito blanco de 1912, que conmemora el primer establecimiento de esta religión en Canadá.










Dejamos atrás las Rocosas y ahora la carretera se desliza por las ondulantes colinas de la pradera, salpicada de pequeños ranchos.







A solo 25 km. de Cardston se encuentra la frontera con Estados Unidos. La salida de Canadá es totalmente libre, no nos miraron nada, ni siquiera el pasaporte.




Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas………………..

Después de siete meses y 25.527 km. podemos entender un poco esta sociedad liberal y multicultural.

Este gran país, el segundo en extensión del mundo, con casi 10.000.000  km2, es sobre todo una gran reserva de naturaleza salvaje, uno de los grandes pulmones del mundo.

Debido en gran parte por esa naturaleza indómita y extraordinariamente hostil que la preserva de la sobreexplotación humana. El 70% de su territorio más septentrional se encuentra deshabitado, las vastas y yermas extensiones del norte.

La mayor parte de sus 30 millones de habitantes viven cerca de la frontera con Estados Unidos y están muy concienciados con el medio ambiente, muy respetuosos con la naturaleza y su abundante vida animal.

Pero Canadá sobresale por la espectacularidad y diversidad de sus paisajes: desde la tundra ártica del norte que da paso al bosque boreal y a las llanuras de trigo del centro, hasta el montañoso oeste, pasando por el arbolado y rugoso este.