jueves, 30 de mayo de 2019

Costa Rica-II.



Al sur del lago Arenal se encuentra la Reserva de Monteverde. La carretera asfaltada desaparece y se convierte en una pésima pista de tierra que nos lleva hasta Santa Helena.




La reserva biológica del bosque nuboso de Monteverde es otro de los lugares recomendados en la visita a este país.







Varios senderos muy marcados nos llevan primero al mirador, donde se puede ver en los días claros la costa del Caribe y del Pacifico.










Por otro recorrido llegamos al puente colgante, que debe ser el más fotografiado del parque.




Yendo hacia la pequeña cascada la niebla se levanto y nos permitió ver la costa del Atlántico.










De Santa Helena continuamos hacia el sur descendiendo de las montañas hacia la costa. La pista sigue siendo de tierra, pero está en mejores condiciones.










Ya en la costa del Pacifico cruzamos el puente de la Amistad en la desembocadura del rio Tempisque en el Golfo de Nicoya.




Las carreteras de Costa Rica son un autentico desastre, solo las nacionales están asfaltadas y hay una mayoría de tierra.







Es curioso que en los parques y reservas no hayamos visto animales y nos los encontremos en la carretera.




Playa Carrillo es nuestro primer contacto con las playas del Pacifico.







Una playa de ensueño, solitaria y sin construcciones, donde quedarse varios días acampados.










Siguiendo la costa llegamos a la pequeña población de Samara.




Con la marea baja las aguas del mar se retiran casi hasta el horizonte creando una inmensa playa de arena blanca.







Al otro lado, la línea de cocoteros marca la frontera con la tierra donde están algunos restaurantes y escuelas de surf.







El mar se retira tanto que casi puedes ir andando a las cercanas islas y para dar si acaso más belleza al momento, una manada de caballos viene a retozar por la playa.










Esta bonita zona de playas tampoco tiene carretera asfaltada.




Y los numerosos ríos que vienen a desembocar al mar hay que vadearlos como en esta ocasión en el rio Garza.




Este vadeo es habitual pero en plena época de lluvias, el río viene muy crecido y con mucha corriente. Un lugareño que lo conocía cruzo andando para mostrarnos el camino.







Con las cortas y el bloqueo del diferencial central no tuvimos ningún problema. En su parte más profunda tenía 1,10 m.







Al poco de pasar descarga otro pequeño diluvio anegando la carretera.




La pista continúa cruzando arroyos y algunos de ellos solo tienen un puente colgante para personas o motos.







El refugio de fauna silvestre de Ostional es una playa donde vienen a desovar las tortugas marinas oliváceas, que tiene lugar entre julio y noviembre.




Un guía del parque nos comenta que unos días atrás habían tenido una arribada de miles de tortugas. Como san tantas, al hacer sus nidos levantan los de otras y lo que pensábamos que era un espolio de estos negros pájaros entre  cuervo y buitre, es en realidad de limpieza para evitar el hedor de los huevos podridos.










Esta costa por sus grandes olas de mar de fondo es muy apropiada para la práctica del surf.







Seguimos por la pista sorteando ríos, unas veces por angostos puentes y otras vadeando.








Ahora nos dirigimos hacia el interior, pasando Santa Cruz, bordeando el golfo de Nicoya hacia Barranca. Después cruzamos el río Grande de Tarcoles, parada obligada para ver los cocodrilos desde el puente.










Desde el mirador de Jaco contemplamos su bahía.




Después de 315 km. llegamos de nuevo a la costa del Pacifico en la playa de Espadilla pegada al Parque Nacional Manuel Antonio.










Este famoso parque tan recomendado no fue tampoco nada especial. Un recorrido por un camino pavimentado, de nuevo por el bosque nuboso.










Lo mejor son sus playas, aunque nosotros no las disfrutamos porque estuvo lloviendo todo el día.







Lo más curioso es que los animales los vimos después de regreso a playa Espadilla.
















Regresamos a San Jose para dejar a nuestros invitados que volaban de vuelta a España. Después continuamos hacia el sur por la Panamericana, una sinuosa carretera de montaña que asciende hasta los 3.350 m. de altitud, donde nos cayó un diluvio y la temperatura bajo hasta los 10ºC.




Después descendimos lentamente hacia la costa perseguidos por una lluvia que no cesa, el mes de octubre es el más fuerte en precipitaciones y los ríos llevan su máximo caudal.




En la playa de Dominicalito paramos unos días.




Y aunque la playa no es muy buena, con la marea baja se transforma, dejando accesibles islotes y acantilados.







Siguiendo la Panamericana, que ahora bordea la costa, nuestra siguiente parada la haceos en playa Hermosa. Tenemos que cruzar un río para acceder a ella y como siempre, lo exploramos primero andando.










Era sábado y también acamparon varias familias locales. Por la mañana nos enteramos que unos ladrones les habían robado en los coches y en las tiendas de campaña. Pensamos que nos escapamos por lo inaccesible del camión.




Nos recomendaron a 30 km. de aquí, playa Ventanas, famosa por sus dos túneles naturales por donde la mar resopla con la marea alta.










La última playa que visitamos en este país fue playa Tortuga, donde se pueden ver a estos galápagos.







Los numerosos ríos que vienen a desembocar al mar es necesario cruzarlos para poder continuar por la playa.




No tuvimos la suerte de ver a las tortugas, pero con la marea baja, quedaron al descubierto en los acantilados unas impresionantes cuevas, unas catedrales de piedra.










Continuando hacia la frontera de Panamá cruzamos el río Grande de Terraba, donde volvimos a ver cocodrilos.







Con otro corte de carretera por la huelga nos despedimos de Costa Rica antes de llegar a la frontera en Paso Canoas. El impuesto de salida del país son 8$ por persona.




Mapas del recorrido.








Filopensamientos y otras cosas…………………………..

Costa Rica es un país pequeño de tan solo 51.900 km2, nueve veces menor que España, pero por el contrario sus distancias por carretera se alargan como si estuviéramos recorriendo un país mucho más extenso, debido a sus malas carreteras, unas veces llenas de baches, otras por su trazado sinuoso y en otras el asfalto desaparece y se convierte en una mala pista.

La mayoría de la gente que visita este país viene atraída pos sus parques naturales, pero nosotros los encontramos muy limitados, aparte del bosque nuboso, no tienen mucho más que ver, pues los animales también son difíciles de encontrar.

Lo más interesante de este país lo encontramos en las dos zonas de desove de las tortugas: en la costa del Caribe en Tortuguero y en el Pacifico en Ostional.

Pero sin duda lo mejor son sus playas. Las del Caribe sur rodeadas de una vegetación exuberante o las del Pacifico que bordean la Península de Nicoya, con sus grandes mareas que en la bajamar dejan espectaculares playas, o las de más al sur las coquetas calas incluidas las del Parque Nacional Manuel Antonio.

Como ya hemos dicho Costa Rica es el país más caro de Centroamérica y también el gasoil está un poco por encima de sus vecinos a 0,86 euros/litro.

Su moneda es el colon, 1 euro equivale a 665 colones, aunque el dólar es admitido en todas partes. El problema lo tenemos con el cambio de euros, ya que solo algunos bancos lo hacen.