El día 8 de mayo del 2017 llegamos a Halifax en un vuelo
procedente de Madrid. Nada más aterrizar llevamos la documentación del camión a
nuestro agente para que empezara los trámites con aduanas.
Esto llevara un par de días que dedicamos a hacer turismo por
esta ciudad moderna que combina una arquitectura vanguardista con sus
históricas casas de madera junto a un bullicioso puerto y bellos parques.
Fue fundada en 1749 y posee una larga historia aventurera, ya
que fue el lugar al que los piratas o corsarios llevaban los barcos capturados.
Hoy cuenta con una población de 400.000 habitantes y uno de los puertos más
importantes de Canadá en el Atlántico.
En lo alto de una colina se alza la enorme fortaleza de la Ciudadela.
Custodiada por el regimiento con uniforme escocés de los 78th
Highlanders.
En el interior hay un museo conmemorativo de las guerras en
las que ha participado Canadá.
Por fin recogemos el camión y empezamos nuestra nueva aventura
en un nuevo continente.
Un atractivo paisaje costero y pintorescos pueblos jalonan
esta región.
A lo largo de la ruta encontramos numerosos parques
regionales, donde están muy bien señalizadas diversas rutas a pie y además son
un excelente sitio para pasar la noche.
Desde que llegamos el tiempo está muy frio y nuboso, algunos
días la temperatura no pasa de 4º y casi todos los días llueve. Continuamente
cruzamos ríos muy caudalosos.
La costa sur de Nueva Escocia es muy accidentada, se suceden
cabos, bahías y como en este caso profundos fiordos que solo se pueden salvar
cruzando en pequeños ferris.
Los canadienses deben de ser muy aficionados al camping, ya
que a menudo vemos aparcados junto a sus casas enormes caravanas.
En el noreste de la región se encuentra la isla Cabo Breton, y
en medio de ella el enorme lago Bras D’Or, que es reserva de la biosfera. Unas
esclusas lo comunican con el mar.
Por la carreta que discurre junto al lago cruzamos numerosos
pueblos y como el tiempo sigue igual de frio y brumoso, estos parecen
desiertos.
La ciudad más importante de la isla es Sidney y se asienta en
un profundo fiordo, de donde salen los ferris para cruzar a Terranova, tierra
de pescadores, vikingos y leyendas.
En el puerto coincidimos con otros viajeros americanos que
iban hacia la isla.
La travesía de 160 km. dura entre 6 a 8 horas y cuesta para un
vehículo entre 20 y 30 pies (el nuestro es de 25 pies) 118 euros, más 30 por persona.
A última hora de la tarde arribamos al Puerto de los Vascos en
Terranova.
Ahora estamos alrededor de los 50º norte y las condiciones
climatológicas son un poco más duras. Aquí la primavera todavía no ha llegado.
Por la nacional uno de Terranova nos dirigimos hacia el norte.
Nuestro primer destino es el Parque Nacional Gros Morne, a unos 220 km. El
paisaje está dominado por los bosques.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas……………….
La primera apreciación que sacamos de Canadá es que
geográficamente es muy parecida a los países Escandinavos. Esta naturaleza al
igual que aquella, está dominada por la taiga y la tundra, grandes extensiones
de bosques salpicados por infinitos lagos y caudalosos ríos.
Pero hay algo que en este país sobresale por encima de todos
los que hemos conocido y es su carácter abierto, su sencillez, su
educación….que hace que desde el primer momento que pisas esta tierra te
sientas como uno más de ellos.
Viniendo de Europa donde nadie saluda a un desconocido, aquí con
su carácter extrovertido, es todo lo contrario, todo el mundo saluda, te
pregunta de dónde vienes y a dónde vas, nos felicitan por el camión que para
ellos es muy extraño, incluso cuando vas conduciendo saludan otros conductores.