Unos kilómetros después de Las Vegas cruzamos las áridas
Spring Mountains, camino de California.
Nos dirigimos al Parque Nacional Death Valley, el desierto más
famoso de Estados Unidos.
Este inmenso parque tiene una extensión de 7.700 km2, solo
superado en superficie por el de Yellowstone.
El nombre de Valle de la Muerte proviene de las tragedias que
padecieron los pioneros cuando decidieron tomar este camino como atajo para
llegar más rápido a las zonas auríferas de California.
Estamos a primeros de julio y hace un sol abrasador, el aire
quema y no hay ni una sola sombra en este paisaje lunar. Aquí se han registrado
temperaturas de hasta 57ºC.
La primera parada la hacemos en el mirador Zabriskie, uno de
los fenómenos geológicos mas fascinante del valle. La roca adquiere unos colores
que van del verde al naranja pasando por el rosa.
La carretera continúa descendiendo hacia Badwater, un antiguo
lago salado, el punto más bajo de este país a 86 metros por debajo del nivel
del mar.
Artist´s Drive es un recorrido donde los pigmentos minerales
han pintado las tierras de colores.
El hierro produce los rojos, rosas y amarillos, la mica da los
verdes y del magnesio los purpuras y violetas.
Saliendo tenemos el espectáculo abrasador del lago salado y
nos podemos imaginar la dureza de aquellos pioneros cruzando con sus reatas de
mulas esta lugar de muerte.
Pero no todo es desolación, en Furnace Creek se ha creado un
oasis con todos los servicios necesarios para los visitantes, donde se puede
ver una muestra de la vida de los primeros exploradores del valle.
Aquí se produce un fenómeno de rara explicación, las rocas
andan dejando un surco. Según los científicos de la Nasa, las temperaturas bajo
cero de invierno hielan la superficie y los fuertes vientos hacen que estas se
desplacen unos milímetros.
En 1875 se descubrió
bórax y quedan restos de la antigua mina, hoy convertida en museo.
Como no puede ser menos, también en este desierto existe una
zona de dunas. Las más altas superan los 200 metros.
Este desierto nos ha sorprendido por su extensión, que va
desde Las Vegas hasta Sierra Nevada. Nosotros recorrimos más de 300 km.
Dejamos atrás estas inhóspitas tierras y entramos en la
cordillera montañosa conocida como Sierra Nevada, espina dorsal de California.
Esta barrera granítica tiene una longitud de 640 km. de largo
por 130 de ancho. No queremos bordearla y la atravesamos por sinuosas y
estrechas carreteras locales franqueadas por gigantes cactus.
El lago Isabella, por encima de los 1000 metros de altitud,
fue una agradable parada después del calor del desierto.
La carretera asciende junto al río Kern, con numerosos
camping rústicos, donde no queda un remanso libre, ocupados por bañistas
estivales.
Conforme ascendemos el territorio de cactus se transforma en
esbeltas coníferas y entramos en el Bosque Nacional de las Secuoyas.
Aquí hacemos el conocido sendero de los 100 gigantes.
Quedamos abrumados ante la visión de estos colosales arboles.
Los arboles caídos permiten apreciar mejor sus dimensiones.
Para entrar en el Parque Nacional de las Secuoyas tenemos que
descender al otro lado de la sierra.
Los pastos de la primavera se han secado y la visión que
tenemos con las vacas pastando nos recuerda a las dehesas españolas de
Andalucía o Extremadura.
En la vertiente occidental de la sierra, mas húmeda por las
corrientes marinas del Pacifico, comienzan a proliferar los huertos de
frutales.
Entrando en el parque, como viene siendo habitual, encontramos
muchos coches y algún animal.
En el centro de visitantes hay un pequeño museo que nos
explica la historia del parque.
Uno de los senderos más populares asciende a Moro Rock, una
montaña monolítica de granito, desde donde se aprecia una panorámica completa
del sur de Sierra Nevada.
Por numerosos senderos, que se entrecruzan, paseamos por una
de las concentraciones más grandes de secuoyas.
Estamos por encima de los 2000 metros y la humedad del
ambiente hace que se desarrolle la vegetación hasta tal punto que casi oculta a
los animales que pastan en ella.
Estos gigantescos arboles son los seres vivos más grandes del
planeta.
La secuoya gigante General Sherman es una de las más viejas
del mundo, se cree que tiene alrededor de 2300 años. Sus dimensiones también
son de récord, 84 metros de altura (como un edificio de 27 pisos) y 31 metros
de circunferencia en su base.
Muchas de ellas han sufrido varios incendios a lo largo de su vida, y aunque han dejado
huellas en sus troncos, la mayoría siguen vivas.
Algunos de los troncos caídos sirvieron de vivienda a los
primeros colonos de estas montañas.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas…………….
Los parques nacionales y estatales son un gran atractivo
turístico de este país.
La gran extensión de su territorio, la variedad de su clima y de su orografía,
hacen posible que en pocos kilómetros pasemos de la depresión del valle de la
muerte, un desierto yelmo y rocoso, la nada convertida en piedra, un retrato
apocalíptico de un futuro sin vida donde el sol se desploma sobre la tierra
como hierro fundido, a las altas cumbres de Sierra Nevada, que favorecida por
la corriente húmeda del Pacifico, crea y da cobijo a los seres vivos más
grandes y longevos de la tierra, rodeados de ríos, lagos y las más altas y
espectaculares cascadas.
Hola, sigo vuestro blog porque este si que es un blog de auténticos viajeros. No se si os acordareis, pero somos dos amigos que estuvimos hablando en el mes de julio en el parking del parque nacional de Secuoyas. Allí vimos vuestro camión Iveco con matricula española y que nos llamo mucho la atención. Y después de todas las preguntas que te hicimos nos distes mucho que pensar sobre vuestra manera de vivir viajando. Enhorabuena sois la inspiración de muchos.
ResponderEliminarsaludos.