Tadoussac es un pequeño pueblo en la confluencia del rio
Sanguenay con el San Lorenzo. En 1600 los comerciantes franceses escogieron
este lugar para establecer el comercio de pieles en Canadá tras descubrir que
los indios llevaban realizando negociaciones comerciales durante generaciones.
En el siglo XIX se construyó el primer hotel y comenzaron a
llegar barcos de vapor llenos de turistas. Hoy siguen llegando a este estuario
cuyas magnificas condiciones naturales son idóneas para ver belugas, ballenas
jorobadas, rorcuales o ballenas azules……
Junto a la playa esta la pequeña iglesia de madera, que se
construyo en 1747, la más antigua de Canadá.
A unos 8 kilómetros del
pueblo se encuentra la Reserva de los Lagos de Jimmy, donde se pueden observar
los osos negros. Solo hemos podido ver uno que se nos cruzo en la carretera y
nos gustaría verlos en su hábitat natural.
A última hora de la tarde conducidos por un guía y en nuestro
propio vehículo, nos adentramos unos cinco kilómetros en el bosque, donde está
la cabina de observación.
Los osos negros se extienden por todo Canadá, pero es muy
difícil verlos en su hábitat ya que su olfato y su oído son excepcionales.
Estuvimos observándolos casi dos horas hasta que cayó la
noche. La lluvia caía torrencialmente………
Es el animal más inteligente entre los mamíferos, son
sumamente agiles y pueden desarrollar una velocidad de hasta 55 km/h. Para los
jóvenes Innu se pasaba a la edad adulta cuando se cazaba su primer oso.
En Tadoussac comienza el fiordo de Sanguenay, el más meridional de Norteamérica. Abierto
por las glaciaciones hace 100.000 años, recorre 155 kilómetros hasta la ciudad
de Sanguenay.
Casi todo el fiordo pertenece al Parque Nacional Sanguenay
donde hicimos una ruta por la Bahía de
Santa Margarita, partiendo de su centro de visitantes.
Las ballenas belugas remontan parte del fiordo ya que este
alcanza una profundidad de hasta 300 metros y son fáciles de ver en la
temporada estival. Nosotros solo las vimos en el centro de interpretación.
De vuelta a Tadoussac pasamos la noche sobre las altas dunas.
(N48 09 17.9 W69 40 00.3)
El cruce del Fiordo de Sanguenay se tiene que hacer en barco.
Dos trasbordadores lo cruzan continuamente y son gratuitos.
El paisaje canadiense, con sus bosques y sus lagos, se repite
a cada curva del camino.
Siguiendo el curso del rio San Lorenzo llegamos a Quebec.
Junto al puerto hay un parking muy cerca del casco antiguo. (N46 48 07.4 W71 12
33.3)
En 1608 el explorador Samuel de Champlain fundo aquí una base
de intercambio comercial con las tribus indias de la zona.
Con el paso de los años se convirtió en villa y después en
capital de las colonias francesas en el Nuevo Mundo. Se construyeron murallas
para defenderla de los ataques de los enemigos y es la única ciudad al norte de
Méjico que conserva su recinto amurallado.
En 1759 fue atacada por el ejército ingles en la batalla de
los campos de Abraham y paso a manos del imperio británico. Hoy, el lugar de la
batalla, es un inmenso parque de la ciudad.
Es una autentica delicia pasear por las estrechas callejuelas
de su casco antiguo y descubrir sus numerosos edificios históricos, el
parlamento, la catedral, la plaza de armas……
Junto al puerto se encuentra la Plaza Real, un patio
adoquinado rodeado de antiguas residencias de ricos comerciantes. Junto a ella
un enorme mural que recrea una escena con personajes de la época.
Es Patrimonio de la Humanidad y una de las ciudades
canadienses más visitada por el turismo. A su puerto, en el rio San Lorenzo
llegan cruceros continuamente, que llenan sus calles y sus comercios de
bullicio.
Pero el edificio más significativo de la ciudad es Hotel
Castillo de Frontenac, con numerosas torres y un pronunciado tejado de cobre.
Fue construido en 1893 por la Canadian Pacific Railway.
Cuando nosotros lo visitamos había una exposición de Dalí y Picasso.
En plena Segunda Guerra Mundial en 1943, se celebro aquí la
famosa reunión entre Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt.
Seria interesante hacer coincidir la visita a Quebec con el día
24 de junio que celebra su fiesta nacional con grandes celebraciones y
conciertos.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas……………………
En Canadá existen tres clases de osos, el blanco o polar, el
pardo o grizzli y el negro americano.
Este último es el menos corpulento de los tres aunque los
machos adultos llegan a pasar de los 200 kg. Además es el más abundante y está
presente en todas las provincias canadienses. Su población se estima en unos
330.000.
Su hábitat es eminentemente forestal aunque también ocupa
zonas abiertas o de tundra como sucede en el norte de Quebec.
Es el menos carnívoro de los tres, un 75% de su dieta es
vegetal, aunque no desaprovecha la oportunidad de comer carne o cualquier cosa
comestible.
En Canadá se cazan todos los años unos 40.000. El argumento
para esta actividad es que los ingresos de la caza controlada contribuyen al
desarrollo económico de la región y regula su población.
En cambio la caza ilegal si supone una amenaza. Esta abastece
un absurdo mercado habido de órganos de oso, como la vesícula biliar tan
demandada en Corea del Sur y China.
Sigo leyendo vuestro interesante periplo de forma intermitente y sin prisas para saborearlo mejor. Lo del oso negro merece mucho la pena, nosostros tuvimos la ocasión de verlos en el "Sequoia NP" y fue magnífico. Buena ruta.
ResponderEliminar