Una vez terminados los tramites de salida de Kirguistán,
hacemos unos kilómetros en tierra de nadie, con la carretera en bastante mal
estado como casi siempre.
Llegamos a lo alto del puerto a 3774 m. y una imponente verja
de acero inoxidable nos cierra el paso. Falta una hora para que abran y allí
nos fuimos acumulando una larga fila de camiones, que después nos adelantaron ya
que nuestro guía todavía no había llegado y sin él no puedes dar un paso por
China.
Este solo era un primer control, que solvento nuestro guía con
el montón de papeles que llevaba. La entrada al país como turista no es muy
complicada, pero cambia mucho si lo quieres hacer con un vehículo propio.
Un mes antes de entrar en China hay que contratar una agencia
que organice el viaje, hay que mandarle fotocopia de toda la documentación
(vehículo y personas), así como el 30% de los 1600$ que costaban los cinco días
de transito por una sola provincia, ya que se tiene que pagar por el numero de
provincias que se cruce. A esto hay que añadirle los visados, 280$, los más
caros que hemos pagado hasta ahora.
A 110 km. de la frontera es donde realmente hacemos los
trámites de entrada. Todo con una meticulosidad y un orden exagerado, con una
policía altiva y despectiva en el trato a los civiles.
Presentamos toda la documentación que había elaborado la
agencia, nueva placa de matrícula (que no pusimos), carnet de conducir chino y
permiso de circulación (que nunca
tuvimos que enseñar) y hasta una ficticia ITV que nunca pasamos. Una absurda
burocracia para sacarte el dinero.
Nuestra agencia fue New land International TravelDong y su
correo newlandtravel@hotmail.com.
Desde la frontera una buena carretera desciende lentamente por
la provincia de Xinjiang hacia su capital
Kashgar, situada a 1350 m. de altitud.
Kashgar fue en la antigüedad una de las ciudades más
importantes en la Ruta de la seda. En ella confluían los distintos caminos que
desde Europa y Asia se adentraban en China.
Esta ciudad de 340.000 habitantes, aglutina su pasado
mercantilista en sus numerosos bazares y sus bulliciosos barrios donde se
cocina y se come al aire libre.
Modernos edificios y grandes avenidas, donde han desaparecido
las bicicletas sustituidas por las nuevas motos eléctricas. Un peligro para los
viandantes, ya que son numerosas las que circulan por las aceras y no se les
oye.
Al caer la tarde la gente se echa a la calle llenando los bazares
y los puestos de comida.
Poco queda de su pasado de más de 2000 años de historia y lo
poco que queda, como los restos de las murallas, están en lamentable estado
encajonadas entre edificios y como en este caso un establo de camellos.
Lo más destacable de su historia pasada es la mezquita Id Kah,
llamada popularmente la mezquita amarilla.
Fue construida en 1442 y entre el patio y los jardines tiene
una capacidad para 20.000 personas.
Nuestra salida de Kashgar coincidió con el día de mercado de
animales. Las gentes de los pueblos van llegando con sus rebaños desde primera
hora de la mañana.
A él acuden toda clase de animales desde los habituales
cabras, vacas y ovejas a camellos bactrianos, yak, caballos…….
También se sacrifican algunos animales.
Para abastecer de carne
a los numerosos e improvisados restaurantes, donde los hombres negocian y
cierran sus tratos.
Las empanadillas de carne picada, que se doran en las paredes
de los hornos de leña, son el bocado más popular.
Atrás dejamos la ciudad y con rumbo sur nos dirigimos hacia el
lago Karakul. Son numerosos los arcos en la carretera que continuamente hacen
fotos a todos los coches que pasan. Son su policía de tráfico, aquí todo está
controlado.
La visibilidad está reducida por el polvo que llega del
cercano desierto de Taklamakan.
Pronto la carretera comienza su lenta ascensión entre
montañas. Nos habían hablado de estos pasajes por su belleza, pero la
construcción de la nueva carretera ha arruinado el cañón del rio Ghez.
Después de casi 100 km la naturaleza recobra su protagonismo y
su paz. Aunque todavía el paisaje sigue estando velado por el polvo en
suspensión del desierto.
Conforme ascendemos la visibilidad se vuelve más nítida.
Cuando llegamos al lago Karakul a 195 km. de Kashgar y a 3670 m. de altitud, la
belleza del paisaje es extraordinaria.
Durante todo el trayecto por China, tenemos que llevar con
nosotros un guía, que controla todos nuestros movimientos. En el lago tuvimos
que parar al lado de la yurta donde el dormía.
La carretera discurre por el Plateau del Pamir muy próxima a
la ruta que hicimos por Tayikistán. Al otro lado del valle se yerguen
majestuosos dos grandes colosos: el pico Kongur Shan de 7719 m. y el Muztagata
de 7546 m.
Desde Kashgar hasta Islamabad en Pakistán, transcurre la que
posiblemente sea la carretera mas mítica de la tierra, la Karakorum Highway.
Aunque Taxkurgan está a 130 km. de la frontera con Pakistán,
es el pueblo más importante y donde se hacen los tramites de salida del país.
Esta pequeña ciudad se asienta en la ribera del rio Taxkurgan a 3100 m. de altitud. En la actualidad se está
excavando la antigua ciudad de piedra, importante hito en la Ruta de la Seda.
Unos murales en piedra recuerdan su historia.
La noche antes de salir para la frontera descubrimos que uno
de los burlones que sujeta las ballestas traseras estaba partido. Localizar un
simple tornillo de 20 mm fue totalmente imposible. Después de pasar por todos
los talleres del pueblo, encontramos un mecánico que adapto uno de mayor
diámetro.
A primera hora de la mañana comenzamos los trámites de salida porque
a las 12 se cierra la oficina de aduanas, después hay que recorrer 130 km.
hasta Pakistán y se llegaría de noche. De nuevo nos choca la altivez y
despotismo de la policía china, acostumbrada a tratar a sus súbditos como
inferiores.
Nosotros no llevábamos visado de Pakistán, es muy difícil obtenerlo y una agencia pakistaní
nos lo iba hacer a la llegada. Los chinos quisieron confirmarlo llamando a la
frontera, pero allí no había nadie pues no se nos esperaba hasta la tarde. Como
consecuencia no nos dejan pasar. Tuvimos que volvernos a la ciudad y contactar
con la agencia pakistaní (a pesar de que internet está muy restringido en China
y nos costó mucho trabajo).
Al día siguiente después de la comprobación oficial, nos
dejaron salir de la ciudad camino de la frontera.
Aquí por fin nos despedimos del guía y aunque éramos libres, solo
teníamos ese día para disfrutar de los 130 km. de esta mítica carretera de
montaña. Antes de las cinco de la tarde había que entrar en Pakistán.
La cordillera del Karakorum nos cierra el paso y la carretera
asciende serpenteando por unos soberbios paisajes hacia el techo del mundo.
Poco después culminamos el legendario paso de Khunjerab a 4730
m. de altitud, aunque nuestro GPS marca un poco menos. Aquí los chinos están
construyendo un espectacular arco.
Filopensamientos y otras cosas……….
Kashgar es la capital de la provincia Xinjiang el Turquestán
chino de mayoría musulmana.
Era un oasis en el extremo oeste del desierto de Taklamatan, “
el peor y más peligroso del mundo” según el explorador sueco Suen Hedyn, no en
vano Taklamatan quiere decir en turco “
entraras pero no saldrás”, donde confluían las distintas rutas de la seda antes
de adentrarse en los remotos reinos prohibidos.
Kashgar se encuentra encajonada entre el desierto de
Taklamatan y las cordilleras de Tian
Shan, Pamir y Kundum que forman un callejón sin salida. A
pesar de lo aislado del lugar, este oasis fue uno de los puntos más importantes
de la ruta de la seda y ha sido ambicionado por todos los imperios.
Paisajes impresionantes. Muy buena la información práctica. ¡A seguir distrutando!
ResponderEliminarMagnificas fotos Evaristo, ya me gustaría hacer las fotos con mi cámara....saludos
ResponderEliminarWily Godinez
Sigo vuestro recorrido cuando el tiempo de trabajo me lo permite. Suerte y a seguir la gran travesía.
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