martes, 3 de diciembre de 2013

Etiopía, la meseta central


Al norte del lago Stephane encontramos los poblados de los Arboré.




Sus cabañas están construidas con haces de papiro tan abundantes en las orillas de lago.




Su principal fuente de alimentación la consiguen de sus cabras y de sus escasos cultivos.




Como en todas estas etnias, es la mujer la que mantiene la tradición en la forma de vestir, que tan atractiva nos resulta a los forasteros.










A partir de aquí empezamos a subir hacia el norte, la pista discurre paralela a las montañas Humu.




La idea inicial que teníamos de este país era de una tremenda sequía, sin embargo los ríos se suceden cada pocos kilómetros y el agua fluye de cada barranco.







La abundancia de agua y una tierra fértil propician la proliferación de cultivos, sobre todo de maíz, que se extiende en las onduladas montañas hasta donde alcanza la vista.




Al caer la tarde cuando las aves están más activas, los niños subidos en un artilugio hecho con troncos, hacen chascar sus látigos que suenan como verdaderos disparos, ahuyentándolas de los cultivos.




Son tan pocos los vehículos que circulan por las carreteras asfaltadas que  son tomadas literalmente para el traslado de los animales a sus lugares de pastoreo y  abrevaderos.




La carretera hacia el norte discurre paralela al lago Chamo.







El 70% de la superficie de este país lo integra la meseta central donde la tierra se eleva entre 1500 y 3500 m. de altura. Por el centro discurre el valle del Rif, salpicado por varios lagos.




La riqueza de agua de este país nos sigue sorprendiendo, como ahora con estos espectaculares saltos de agua.







Las recientes lluvias arrastran tierra  y lodo coloreando los ríos.




En esta poza se puede apreciar el agua limpia de un manantial y la coloreada por las aguas de lluvia.




Un par de kilómetros río abajo las gentes de las aldeas cercanas se abastecen de agua.




Son numerosos los manantiales de agua clara que surgen a la ribera del río. Es incompresible comprobar que siguen obteniendo el agua llenando los depósitos de plástico con un cacillo sin haber inventado algún sistema más práctico, cómodo y eficaz.




Continuando hacia el norte los pueblos se suceden uno tras otro, sin dejar espacio entre ellos.







A la entrada de la mayoría de estos, se sitúan los popes en unos tenderetes donde recaudan dinero para su iglesia.




A pesar de la abundancia de agua, cualquier sitio es bueno para obtenerla.




Estas ricas tierras también dan abundantes cosechas de caña de azúcar y bananas.







Pasada la ciudad de Shashememe de nuevo la carretera discurre entre lagos.







Dos semanas después de rodar por el sur de Etiopía entramos en su capital, Addis Abeba.




Solo el centro tiene algunos edificios de moderna construcción.




El resto se extiende en un laberinto de barrios y callejuelas difíciles de identificar en un plano, siendo imposible moverse por uno mismo, debido a las grandes distancias y a la nula señalización de las calles.




El Holland House es un restaurante, que además da cobijo a los overlanders que hacen una parada en la capital. Su situación es inmejorable, en el centro de la ciudad, su restaurante  magnífico y su propietario Wims es la mejor ayuda que puedes encontrar en medio de este caos.




Se encuentra cerca de la vieja estación de tren, que actualmente es la estación de autobuses.




Nuestra estancia en la capital la aprovechamos para conseguir una ampliación del visado, comprar unos empalmes para las tuberías de aire (que nos costó un día entero dando vueltas por la ciudad) e intentar reparar el grupo electrógeno, aunque no fue posible a pesar de las buenas instalaciones.




En Addis Abeba es obligada la visita el Museo Arqueológico Nacional.




En él se expone el esqueleto de Lucy. Es el descubrimiento más aclamado mundialmente en Etiopía y para la paleo antropología fue sin duda un hallazgo fabuloso. Este homínido ya caminaba erguido hace 3,5 millones de años, siendo el más antiguo del mundo.




Lucy es una hembra de Australopitecos afarensis, que mide en torno a los 105 cm. Fue bautizado con este nombre porque en el momento del hallazgo, en la región noreste del país, estaban escuchando la canción de los Beatles titulada “Lucy in the sky with diamonds”.




Son muchos los descubrimientos fósiles hallados en este país que nos remontan al inicio de nuestra especie.




La catedral de San Jorge también merece una visita. Entramos cuando se celebraba una boda y su interior estaba decorado con numerosos ramos de flores.




Dejamos atrás Addis Abeba y por la carretera siempre hacia el norte nos dirigimos hacia el monasterio  Debre Livanos.




Este santuario está situado próximo a la pintoresca garganta de Jemma.




La nueva iglesia situada junto al monasterio fue construida por Haile Selassie I en 1950. Su interior presenta un aspecto destartalado y dejado, como casi todo en este país, con coloridos tapices.




Junto a esta, una empinada senda plagada de peregrinos, nos conduce al primitivo asentamiento del siglo XIII, en el interior de una cueva al pie de una pared de roca.







El sacerdote guardián bendice a los visitantes con agua bendita de la cueva.




En la garganta de Jemma se encuentra el célebre puente de los portugueses, construido por estos en el siglo XVI.




Desde el se obtienen imponentes vistas sobre un abismo de más de 600 metros de profundidad.




La charca, desde donde el río se precipita,  es el lugar elegido por los babuinos para saciar la sed.




Un toque culinario para terminar. Es sabido que el trópico tiene una rica variedad de frutas, entre ellas se encuentra una muy apreciada por nosotros, la guanábana.




Es como una chirimoya grande. Su pulpa tiene un toque ácido y una vez extraídas las semillas está muy buena mezclada con leche o yogur.





Mapas del recorrido.








Filopensamientos y otras cosas……………


El descubrimiento de Lucy  es muy importante para entender las primeras fases de la evolución humana, cuando los monos dejan los arboles, echan pie a tierra y comienzan a andan erguidos.

Hace aproximadamente cien mil años, estos primeros homínidos evolucionaron hacia el hombre actual.

Desmond Morris escribió en su libro El mono desnudo: Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos. Ciento noventa y dos de ellas están cubiertas de pelo. La excepción la constituye un mono desnudo que se ha puesto a sí mismo el nombre de Homo sapiens


1 comentario:

  1. Me encanta todo lo que,con tanta delicadeza y pasión, nos regalaís a la vista y los sentidos. Hecho en falta algún dato técnico sobre el camión, como por ejemplo, averías,comportamiento, etc. Ya que puede ser de muchísima ayuda como elección como medio de transporte.
    Mucha suerte. Y si, voy retrasado en cuanto a la lectura, jaja, pero así disfruto mas .

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