El callejón de Huaylas se conoce como al valle que se extiende
entre la cordillera Blanca y la cordillera Negra a lo largo de 180 km. Estas montañas
han sido muchas veces verdugo de los
pueblos que se asientan en su valle. Como le paso a Yungay.
Yungay era un pueblo asentado a los pies del Huascarán y el
terremoto de 1970 desgajo una parte de esta montaña, y una masa de hielo,
granito y tierra se deslizo a más de 300
km/h sepultándolo.
Este lugar se conoce como el Campo Santo de Yungay, ya que
bajo los jardines se encuentran sepultadas 18.000 personas, solo sobrevivieron
400. Hoy las nubes ocultan al gigante Huascarán, la montaña más alta de Perú.
Recorriendo este valle siempre tenemos a la izquierda los
picos nevados de la cordillera Blanca y a nuestra derecha la cordillera Negra
sin nieve.
A Carhuaz llegamos en los últimos días de septiembre,
coincidiendo con las fiestas de su patrona, la virgen de La Merced.
Los lugareños se acumulan en los alrededores de la iglesia
para presenciar la procesión de la virgen.
En el interior de la iglesia los danzantes ofrecen su baile a
la virgen.
Mientras en el exterior una curandera realiza sus prácticas
chamánicas.
Huaraz, a 3100 m. de altitud y con 80.000 habitantes, es la
población más importante del valle. De aquí parten los montañeros que de todo
el mundo vienen a escalar alguna de las 33 cumbres que sobrepasan los 6.000
metros.
A unos 30 km. de Huaraz subimos a la laguna Antacocha a 4.000
m. de altitud desde donde tenemos una magnifica vista de la cordillera Blanca.
Estamos al principio de la estación de lluvias y el cielo
encapotado solo de vez en cuando deja ver los nevados.
En el lago Antacocha pasamos los mejores días desde que
llegamos a Perú, un lugar tranquilo y solitario, con los campesinos en sus
quehaceres diarios.
También por allí merodeaba este perro que aunque era muy
miedoso podía más el hambre que el miedo.
Regresamos al valle para dirigirnos a Chavín Huantar.
La carretera asciende hasta los 4.450 m. y pasa por lugares de
extraordinaria belleza, como la laguna Querococha.
Después desciende hasta el pueblo de Chavín de Huantar.
Aquí se encuentra un centro ceremonial de la cultura chavín.
Data aproximadamente del 1.300 a.C.
Lo más interesante de estas ruinas son los túneles
subterráneos, una red de pasadizos cubiertos con losas rectangulares y muy bien
ventilados.
El recinto amurallado estaba decorado con las cabezas clavas.
Gran número de ellas se conservan en el museo de la ciudad.
Desde aquí regresamos de nuevo a la carretera que recorre el
callejón de Huaylas, para adentrarnos por una pista de tierra hacia la parte
sur del Parque nacional del Huascarán.
Queremos subir hasta el glaciar Pastoruri a 5.100 m. de
altitud y para aclimatarnos a la altura nos quedamos a dormir en la entrada del
parque.
Esparcidas por el valle hay algunas cabañas de los pastores con
sus rediles de piedra.
Volvemos a estar por encima de los 4.000 m. El páramo con su
manto marrón muestra que estamos al final de la estación seca.
Junto a la pista, en un roquedal, hay unas pinturas rupestres.
En zonas remotas de los Andes crece la Puya Raimondi uno de
los más bellos exponentes de su flora.
Esta extraordinaria planta es la mayor bromelia del mundo.
Que pequeños nos vemos al lado de estos gigantes cactus que
viven alrededor de 100 años.
La pista continua ascendiendo hasta el parking donde comienza
el sendero que conduce al glaciar.
A esta altura, por la falta de oxigeno, cualquier pequeño
esfuerzo te agota. Así que nos tomamos con mucha tranquilidad los 2,5 km. que
nos separan de la lengua del glaciar.
Ha merecido la pena el esfuerzo para encontrarnos a los pies
de este coloso de hielo.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas…………….
El Parque Nacional Huascarán es Patrimonio de la Humanidad y
ocupa la mayor parte de los 180 km de la Cordillera Blanca.
Sin duda es uno de los lugares más interesantes de los que
hemos visitado de Perú. En él se encuentran más de 30 cumbres que sobrepasan
los 6.000 metros, entre ellos el Huascarán, la cima más alta de Perú, o el
Alpamayo, una pirámide casi perfecta, considerada una de las montañas más
bellas del mundo.
El parque está salpicado de lagos color turquesa, como la
laguna Parón o las de Llanganuco, y cuenta con decenas de glaciares como el
Pastoruri. Aquí también se encuentra la Puya Raimondi, un gigante cactus que
alcanza los 12 metros de altura y solo florece una vez en sus 100 años de vida,
tras lo cual, la planta se marchita y muere.
Hace casi 30 años que vine aquí por primera vez a escalar el
Huarcarán, pero las condiciones de la montaña y la climatología nos negaron su
cumbre cuando solo nos quedaban 400 metros. Unos días después, por las lagunas
de LLanganuco ascendimos al Pisco, que fue nuestra consolación.
Este recuerdo me viene a la memoria porque la pista hacia las
lagunas estaba en pésimo estado, ahora 30 años después, sigue en las mismas
condiciones.
Qué pena que este bello parque no sea más accesible.
Lo del Huascarán me ha encantado. Nosotros no lo hicimos, no recuerdo por qué.
ResponderEliminarUn abrazo desde Chiapas.