A tan solo 10 kilómetros del P.N. Los Arcos, nos desviamos
hacia el sur por la carretera que nos llevara al P.N. Canyonlands.
El sur de Utah es un hábitat remoto, árido y desértico, pero
al mismo tiempo bellísimo. Aquí se concentran los cinco parques naturales del
estado.
Visitamos el norte del parque, conocido como “Island in the
sky”. Una meseta desde donde se divisan imponentes acantilados, agujas de
piedra y grandes cañones.
Desde este elevado punto se tienen unas magnificas vistas del
cañón abierto por el rio Verde en su confluencia con el rio Colorado.
Al atardecer, cuando el sol deja de ser abrasador, los
acantilados de piedra roja muestran su mejor imagen.
Un corto sendero nos lleva hasta Mesa Arch con magnificas
vistas sobre las montañas La Sal.
Uno de los encantos de este parque es que no está masificado y
la soledad y el desierto se conjugan imprimiéndole más belleza a esta desolada
tierra.
Continuando hacia el suroeste cruzamos el rio Verde, única
señal de vida en este vasto desierto.
Ahora nos desviamos hacia Goblin Valley.
Queremos hacer un sendero que nos han recomendado, el Little
wild horse.
Un espectacular y estrecho cañón, que como todo en esta
tierra, es de arenisca roja.
El recorrido más impresionante es de unos tres kilómetros y
aunque las temperaturas siguen siendo elevadas, por este estrecho desfiladero
corre una agradable brisa a la sombra de sus paredes.
Nuestra ruta continúa
hacia el sur. El paisaje semidesértico nos sigue acompañando, salpicado por
grandes cúpulas macizas esculpidas por la erosión a través del tiempo.
Estamos a finales de junio y aunque nos movemos por una
altitud entre 1.500 y 2.000 metros, la temperatura ha subido considerablemente
y ronda los 35º. Paramos a tomar una limonada en un pequeño pueblo del condado
de Wayne.
La carretera atraviesa unos lugares de singular belleza donde
la tierra se tiñe de cobalto y amarillo.
Nuestra próxima parada es el Parque Nacional de Capitol Reef.
El sendero más popular del parque es el que nos lleva hasta el
puente de piedra Hickman.
Quizás llevamos ya muchos días y muchos parques de
características similares, de rojos acantilados y coloridos cañones, y solo
hacemos una visita rápida.
Una característica de este parque son los huertos de árboles
frutales junto al rio. Que también atraen a los antílopes por su hierba fresca.
200 km. nos separan de Bryce Canyon que recorremos por la ruta
12, denominada escénica.
El Parque Nacional Bryce Canyon se encuentra sobre una meseta calcárea
de entre 2000 a 2700 metros de altura.
La erosión ha creado unas columnas rocosas de asombrosa
variedad cromática, que van desde el naranja al rojo oscuro.
Uno de los senderos más interesantes del parque es el Navajo.
El camino baja en zigzags hasta las entrañas del cañón.
Una imagen fascinante y grandiosa de estos cortados y
chimeneas, que la naturaleza ha creado a lo largo de seis millones de años.
Desde el fondo del cañón nos rodean las rojas paredes.
El duro sendero asciende por otra vertiente de paredes
verticales.
Las chimeneas de hadas quedaran por mucho tiempo en nuestro
recuerdo.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas…………
Muchas veces nos preguntan si no nos cansamos de viajar.
Nosotros no solo viajamos, vivimos viajando, somos nómadas. Es otra forma de vida.
Cuando estamos en casa nos referimos a nuestra existencia en
el camión como en la otra vida y es que tenemos el gran privilegio de tener dos
vidas.
En esta nos ocupamos en descubrir todos los días lugares
nuevos, dormir en sitios diferentes, encontrarnos con situaciones y gentes distintas…..
Aquí tenemos todo el tiempo para nosotros y nuestros libros,
libres de las obligaciones banales que te restan tiempo y energías.
Decía Cervantes en boca de Don Quijote que tres cosas hacen al
hombre sabio: letras, camino y vida.
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