Desde la perspectiva de nuestro viaje, la India no es un país ni
bonito, ni fácil, ni agradable de visitar. Y lo demuestra que no tenemos ni una
sola foto que merezca la pena de los 450 km. entre Patiala y Jaipur.
Jaipur es conocida como la ciudad rosa por el color de sus
edificios más emblemáticos.
En pleno corazón de la ciudad se encuentra “ El Citty Palace”
que fue la residencia de los gobernantes de Jaipur.
Este complejo esta ahora parcialmente abierto al público como
museo.
El Mubarak Mahal es un edificio de arenisca que alberga una
sorprendente colección de trajes y tejidos reales.
De las excentricidades y riquezas de aquella época se exhiben
dos gigantescas urnas de plata, las más grandes del mundo según el libro
Guinness, que sirvieron al marajá Madbo Singh II para transportar agua sagrada
del Ganges en su viaje a Londres en 1901.
El rickshaws , una bicicleta triciclo, es el medio de
transporte tradicional en la India y una buena manera de conocer la ciudad. A
veces los conductores hablan un poco de inglés y también hacen de guía.
Jaipur es un interesante laberinto de bazares, palacios
opulentos y edificios históricos.
En estas ciudades es difícil encontrar un sitio donde poder
dejar el camión. En la misma puerta del Citty Palace hay un parking donde
pudimos quedarnos. (N 26º 55’ 37.0’’ E 75º 49’ 35.8’’)
A unos pocos metros del palacio, nos encontramos la otra cara
de la India, la de la suciedad y la pobreza más extremas de la gente que vive
en la calle.
Otro elemento siempre presente en la India son las vacas que
deambulan libremente por todas partes.
Después de unos días en esta bulliciosa ciudad, salimos rumbo
este.
A unos 200 km. se encuentra la ciudad de Bharatpur.
En el centro está el fuerte Lohgarh, construido en 1733 por el
gobernador Suraj Mal.
Nos sorprendió la dejadez absoluta que existe con respecto al
fuerte y sus alrededores. El foso de agua que lo rodea está lleno de basura.
En el interior uno de los palacios, se ha convertido en museo,
pero se encuentra cerrado al público.
Estos palacios son de una gran belleza donde se mezclan
detalles mongoles y rajpul.
En los alrededores, la gente se busca la vida en mil
actividades distintas que le den las rupias necesarias para sobrevivir cada
día. Como este hombre dedicado a los tintes.
A solo 20 km. de Bharatpur llegamos a otra de las muchas
maravillas arquitectónicas del pasado, que esconde esta inmensa India. Como
siempre, numerosos visitantes locales y turistas invaden el lugar.
Con 54 m. de altura, la gigantesca puerta Buland Darwaza da entrada a la mezquita.
Fatetpur Sikri fue erigida por el emperador Akbar entre 1571 y
1585. Su arquitectura es una fusión de estilos hindú e islámico.
Durante unos años fue la capital del imperio mongol. Este
complejo real alberga espacios privadas y públicos de la corte de Akbar.
La construcción de todo este complejo esta realizada en
arenisca roja, que realza aun más su belleza.
Numerosas tumbas se encuentran en el patio de la mezquita alrededor de la del
santo Sheikh Salim Chishti, realizada en mármol blanco.
Por una de las antiguas puertas dejamos la ciudad.
Y como ya estamos acostumbrados a las puertas de estos
monumentos del pasado nos encontramos con la cruda y multitudinaria realidad de
este superpoblado país.
A solo 33 km. llegamos a la ciudad de Agra , que fue sede de
la corte mongol durante los siglos XVI y XVII antes de que la capital se
trasladara a Delhi.
La ciudad floreció bajo el mecenazgo de los emperadores Akbar,
Jahangir y Shah Jahan, que trajeron artesanos de Persia, Asia Central y de
otras zonas de la India, que construyeron lujosos fuertes, palacios, jardines y
mausoleos.
El fuerte destaca por sus imponentes fortificaciones de
arenisca roja en forma de media luna, a lo largo del rio Yamuna.
Pero Agra es mundialmente conocida por albergar uno de los
edificios más celebres del mundo, el Taj Mahal.
Este majestuoso mausoleo fue erigido por el emperador
mongol Shah Jahan,en memoria de su
esposa predilecta Mumtaz Mahal, que murió en 1631.
Sus perfectas proporciones y su exquisita simetría, han sido descritas
como “Una visión, un sueño, un poema, una maravilla.”
En el interior y
cerrado al público por una reja de filigrana delicadamente labrada de una sola
pieza de mármol, se encuentran las tumbas reales.
Rodeado de jardines a imagen del paraíso islámico.
Ya dijo Kapuscinski que pocos sitios en el mundo se pueden
contemplar en soledad. Y aunque nosotros entramos a primera hora, la avalancha
de turistas nacionales y extranjeros, ya lo invadían.
Estamos en noviembre y llevamos todo el año recorriendo Asia
Central, es el momento de buscar un sitio para dejar el camión y volar de
vuelta a casa. Nos dirigimos a Delhi pero es en Faribadad con los Bathia
Brothers que se dedican al transporte y alquiler de maquinaria, donde lo
dejamos.( N 28º 22’ 12.3’’ E 77º 17’ 41.8’’)
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas…………
Es difícil hacer una descripción de lo que supone viajar por
la India en tu propio vehículo y aun más, si este es un camión.
Si os gusta el riesgo y las emociones fuertes, venid aquí,
saldréis muy satisfechos.
Las estrechas y bacheadas carreteras están abarrotadas de todo
vehículo imaginable que tenga ruedas, bicicletas, triciclos, motos, motocarros,
tractores, camiones, camionetas y muchos autobuses. Que transportan cualquier
cosa imaginable y que en la mayoría de los casos exceden el peso y el volumen
adecuado. Además de todo tipo de ganado, sobre todo las sagradas vacas.
Todo este se incrementa cuando cruzas cualquier población
donde te ves rodeado por una muchedumbre multicolor, que como hormigas en un
trasiego sin fin invaden las calles.
Pero lo más fuerte es que en este país no existe ninguna norma
de circulación, es una anarquía donde todos intentan colarse utilizando el claxon
sin parar. Por supuesto no hay señales de tráfico que nos den información de
ningún tipo, por lo que tienes que conducir con los cinco sentidos, pendientes
del maremágnum que te rodea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario