Abandonamos Lusaka dirigiéndonos hacia el sur. A la orilla de
la carretera los mismos sacos de carbón vegetal se suceden desde nuestro lejano
paso por Senegal. Es el combustible de los pobres.
De nuevo cruzamos el rio Kafue que nos había acompañado en nuestro
paso por el parque que lleva su nombre.
Antes de cruzar la frontera en el pueblo de Chirundu, una
pista nos conduce al Zambezi Breezers Lodge, en la orilla norte del rio.
Este pequeño establecimiento, regentado por una holandesa,
dispone de un magnifico enclave sobre el rio.
En sus proximidades y gracias a la abundancia de agua, se
están desarrollando y experimentando distintos cultivos, como esta plantación
de plátanos.
Y en estas balsas se está llevando a cabo el desarrollo de
alevines manteniendo una temperatura constante entre 22º y 24º.
Cuando pasan de un cierto tamaño se trasladan a otros
estanques donde se incrementa su alimentación con pienso.
A este campamento habíamos venido con la idea de ver
hipopótamos y aunque oíamos continuamente sus bramidos en la maleza de la
orilla, a escasos metros de donde teníamos el camión, no se dejaban ver tan
fácilmente.
El rio Zambezi configura la frontera entre Zambia y Zimbabue a
lo largo de 660 km. Esta vez lo cruzamos por un puente.
Esta frontera está abarrotada de camiones y también de monos.
A la salida cientos de camiones ocupan la carretera a la
espera de los trámites aduaneros.
Hemos entrado al país por este paso fronterizo ya que se
encuentra a tan solo 40 km. del acceso al Parque Nacional de Mana Pool. Una
pista de 70 km. nos lleva hasta las dependencias del parque.
Como aquí también hay mosca tse tse Ana se ha protegido
convenientemente, aunque es difícil luchar contra ella, sobre todo en las horas
de más calor, ya que es capaz de picar a través de la ropa.
El rio Zambezi también delimita el parque por su lado norte.
Esta reserva de animales es especial por su entorno, el rio
configura canales y lagunas, y en sus riberas crecen enormes arboles, creando
un paisaje insólito.
El hipopótamo había sido hasta ahora un animal difícil de ver
y en este parque vimos decenas de ellos.
Al estar al final de la época seca, los animales son más
fáciles de observar en las cercanías de sus abrevaderos.
Los elefantes tienen un especial protagonismo en este parque.
Que felices se les veía a estas crías en este santuario de la
naturaleza.
Dejamos Mana Pool y por asfalto nos dirigimos a Harare, la
capital. Seguimos por la izquierda, con el inglés y el pan de molde.
La carretera es el
fluir de la vida, donde se practica el comercio, el sitio de encuentro, lugar
de juego y charla contemplando el paso de otros.
Algunas veces depara acontecimientos curiosos, entretenimiento
para unos minutos que darán para hablar muchas horas.
170 km después llegamos al parque de las cuevas de Chinhoyi.
Estas cuevas y sumideros de caliza y dolomita han sido usados
como almacenes y refugios por los pueblos indígenas durante casi 1500 años.
Después de las elecciones democráticas de 1980 que gano Robert
Mugabe, el país tuvo unos años de prosperidad, con un crecimiento vertiginoso,
donde se iniciaron programas sociales básicos en educación y sanidad, así como
la redistribución de las tierras y su puesta en producción.
Aunque después de 32 años en el poder ya nada tiene que ver
con aquel principio.
Continuando hacia la capital y muy cerca de esta, en el norte
se encuentran las pinturas rupestres de las cuevas de Domboshawa.
Es un paraje singular y espectacular, en unas montañas
monolíticas de granito, que los líquenes las han pintado de verde rojo y
amarillo.
Las pinturas rupestres datan de la edad de piedra.
Los zimbabuenses son increíblemente hábiles para hacer surgir
maravillas de la nada, destacando su creatividad en la música y el arte. Cuando
nosotros visitamos este paraje, aprovechando su singularidad y encanto, la
escuela de arte de Harare, estaba preparando una exposición de esculturas.
Como la piedra era muy pesada para nosotros decidimos comprar
a este artista popular un original pájaro.
El punto culminante y mágico de esta montaña monolítica es su
famosa piedra oscilante.
Mapas del recorrido
Filopensamientos
y otras cosas……………………
Muchas voces nos habían llegado para persuadirnos de visitar
Zimbabue. Unos aludían a la inestabilidad del país y otros, los que mas, por
declararse en contra de su presidente Robert Mugabe y no ser cómplices de las
atrocidades a las que está sometiendo a su pueblo, sobre todo, en las zonas
rurales donde han sido perseguidos, torturados y muchos asesinados.
Pero el pueblo de Zimbabue son gente alegre, hospitalaria,
siempre dispuestos ayudar, donde nos hemos sentido seguros, protegidos, y
queridos.
Los miles de conductores, guías, pequeños empresarios,
camareros y artistas con mucho talento, viven en la miseria.
El pueblo de Zimbabue necesita y merece que el turismo vuelva
y les eche una mano.
AAAAAAh ¡Qué recuerdos! Hace años anduve mucho por esa zona. Qué país tan bonito, qué gente más agradable.
ResponderEliminar¡Disfrutad!
Un pais interesante, otro descubrimiento en nuestro viaje on-line. Ana cuidate de las moscas cojoneras.
ResponderEliminarBesos