Dejamos Nuevo Méjico para visitar el Parque Nacional Mesa
Verde, que se encuentra en la esquina suroeste de Colorado.
Este parque, Patrimonio de la Humanidad, alberga los ejemplos
más increíbles de poblados indios abandonados.
Mesa Verde fue bautizada con este nombre por los españoles. Es
una meseta que se eleva 600 metros sobre el paisaje circundante.
Los primeros vestigios de esta civilización se remontan al año
550 de nuestra era. Las llamadas Pithouse, de las que solo queda la base.
Los anasazis en esta época, habitaban estas casas de arcilla,
semi- subterráneas, para protegerse de
las inclemencias del tiempo, muy frio en invierno y muy caluroso en verano.
Hacia el año 1100 empezaron a construir con muros de piedra
estructuras más solidas y complejas, habitáculos y kivas ceremoniales o
familiares.
Entre 1200 y 1300, vivieron su momento de apogeo y fue cuando
construyeron los grandes complejos, enclavados en los salientes rocosos de los
cañones.
Estas ruinas están consideradas las más importantes de Estados
Unidos y para mantener su preservación,
la única manera de visitarlos es guiados por un ranger.
Nuestra visita comienza en Cliff Palace.
El acceso a estas cuevas, algunas veces es complicado por
intrincados pasillos, empinadas escaleras o estrechos pasadizos.
En este asentamiento troglodita, calculan los arqueólogos, que
vivían de 200 a 250 personas.
Esta vasta gruta domina un cañón impresionante y es la
construcción más grande de estas características de América del Norte.
Descubierta en 1888 por dos cowboys que buscaban sus vacas extraviadas.
Emplazado sobre el cañón Soda se encuentra Balcony House que es
nuestra siguiente visita. Largas escaleras y escalinatas expuestas al
acantilado son necesarias para el acceso.
Es un conjunto de viviendas, kivas y torres encajonadas en la
oquedad del monte.
La salida de esta cueva es especialmente complicada por la
verticalidad de la pared.
Cerca de estos asentamientos hay un museo que contiene
colecciones arqueológicas y antropológicas muy interesantes.
Desde el museo se divisa Spruce Tree House, una de las viviendas
trogloditas más grandes y de las mejor
conservadas.
En el centro del parque, en el área de Far View, hay un
complejo con restaurantes, lodges y tiendas.
Al día siguiente, nos dirigimos a Wetherill Mesa, en la zona oeste.
El parque sufrió un pavoroso incendio en agosto de 1996 que
afortunadamente no afecto a las ruinas, aunque destruyo miles de hectáreas de
bosque que todavía no se han recuperado.
Curiosamente después del incendio, unos caballos cimarrones se
han instalada a vivir aquí.
Nuestra siguiente visita es
Long House, a la que accedemos después de recorrer un sendero de 3,6
kilómetros.
El techo abovedado de Long House da cabida a 150 habitaciones
y 21 kivas.
Por unas escaleras subimos a los pisos superiores.
Los anasazis vivían en estas cuevas porque por las rocas se
filtraba el agua que necesitaban para vivir y construir sus casas. Los cultivos
de maíz y judías los tenían en la meseta.
Este parque no está concebido para visitarlo a pie, ya que con
el coche se llega a la proximidad de casi todas las ruinas. Solo hay un
circuito de unos 10 km. en esta zona que se puede hacer a pie o en bicicleta.
Nos lleva a varias ruinas, entre ellas a Close Quarters, que divisamos desde el
otro lado del cañón.
Algún ciervo se nos cruzo en el camino, pero lo que más hay en
este parque son lagartijas y coloridos lagartos.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas………………….
Hacia el final de la última glaciación, hace unos 20.000 años,
con las aguas congeladas del estrecho de Bering, los primeros pobladores de
América cruzan a pie desde Asia.
Durante milenios, este flujo de nómadas se extiende por el sur
y el este del continente americano.
Los primeros vestigios
arqueológicos de las culturas del paleolítico y neolítico, son las puntas de
flecha de sílex y huesos de animales extinguidos de hace unos 10.000 años.
Por el siglo IV a.C. existen tres culturas sedentarias con un
cierto grado de civilización: los hohokan, los mogollon y los anasazis.
De estos últimos no se conoce mucho hasta entrado el siglo VI
de nuestra era, cuando se descubren las primeras viviendas Pithouse y comienza
lo que los historiadores llaman el periodo Pueblo (nombre puesto por los
españoles cuando descubrieron sus asentamientos, parecidos a los de un pueblo
español), caracterizado por la construcción de grandes pueblos de adobe y
piedra dispuestos en terrazas.
Este periodo se extiende hasta el siglo XIV, cuando
asentamientos como Mesa Verde en Colorado y Taos y Chaco en Nuevo Méjico,
alcanzan su máximo esplendor.
En el siglo XV, sin que se sepan con exactitud las causas,
abandonan bruscamente estos pueblos, todo apunta a una prolongada y devastadora
sequia.
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