La Trans-Canada Highway o la ruta 17 continúa bordeando el
Lago Superior por el norte.
Esta ruta es muy popular entre los motoristas que, a menudo
con sus Harley, cruzan el país de un océano a otro.
Ahora la carretera bordea el Parque Nacional Pukaskwa. Esta
reserva boreal permanece intacta desde la última glaciación, el parque
permanece virgen y salvaje ya que ninguna ruta pasa por él y no ha sido tocado
por el desarrollo humano.
Solo una minúscula porción en su extremo norte está abierta a
los visitantes, ya que la otra opción es una senda de varios días por la costa
del lago.
Desde que entramos en Canadá, es fácil observar en todos sus
afloramientos rocosos el enorme impacto que la erosión que la glaciación tuvo
en sus montañas.
Las rocas están gastadas y pulidas, y todavía se observan los
surcos que dejo la masa de hielo, que en algunos casos llego a los 2,5 km. de
espesor.
El sendero que parte del centro de visitantes recorre la costa
entre promontorios y bahías, con unas
esplendidas vistas sobre islas llenas de arboles y playas salvajes.
El único animal que vimos fue esta reproducción de un alce,
donde se puede apreciar el tamaño que alcanzan estos cuadrúpedos.
Dejamos el parque y la carreta continua bordeando el lago.
No habíamos comentado hasta ahora que las carreteras
canadienses son bastante irregulares, rizadas y onduladas, y no permiten una
conducción ni relajada ni rápida.
Seguimos encontrando rocas desgastadas por el roce del hielo
en las distintas glaciaciones.
La ruta que bordea los grandes lagos para dirigirse hacia el
oeste es la más recomendable por la belleza de su recorrido.
Pero está lo suficientemente poblada como para que los animales
salvajes sean difíciles de encontrar. La excepción fue este joven ciervo que
iba a cruzar la carreta.
En Thunder Bay dejamos el lago Superior y 450 km. después de
bosque boreal y un incontable numero de lagos, llegamos a la bonita ciudad de
Kenora.
Junto al puerto, una carpa de lona blanca cubre el mercado de
verano donde se mezclan productos naturales cultivados por los amish,
artesanía, embutidos, ropa……
Kenora nos parece una ciudad de veraneo, rodeada de lagos y
suaves montañas.
Son tantos los lagos que rodean la zona que el mejor modo de
transporte es el hidroavión.
Una de las riquezas más cuidada, importante y casi ilimitada
es la madera.
La carretera entra en la provincia de Manitoba y desaparecen
las montañas y los bosques. Los inmensos cultivos de cereal cubren el paisaje
salpicado de vez en cuando por las granjas y los enormes silos de grano.
La aburrida llanura central se extiende a lo largo de 1.700
km. desde Kenora hasta pasado Edmonton, por las provincias de Manitoba,
Saskatchewan y parte de Alberta.
Seguimos por la Trans-Canada Highway que es la ruta más
directa para cruzar estas provincias. Los enormes camiones americanos, con sus
potentes motores, invaden la carretera.
Los primeros pobladores de estas llanuras dependían de las
grandes manadas de bisontes que hoy están prácticamente extinguidos. Ahora han
sido sustituidos por el cultivo de cereales y los pozos de petróleo.
Hacia la mitad de la provincia de Alberta las llanuras
empiezan a ondularse conforme nos acercamos a las Montañas Rocosas.
De nuevo encontramos
lagos y ríos.
Y las Rocosas aparecen en el horizonte.
Los canadienses son muy aficionados al camping y continuamente
nos cruzamos con sus grandes caravanas.
La mayoría de las veces llevan su coche a remolque.
Otra modalidad muy extendida es utilizar su pick-up para
enganchar sus voluminosas caravanas.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas………………
Que filosofía tan distinta a la nuestra la de estas
disparatadas caravanas.
Un tejano que encontramos nos explicaba que la mayoría de los
americanos le ponen ruedas a sus casas para viajar. El mismo, reconocía que
llevaba cuatro televisiones.
Quieren tener las mismas comodidades, incluidos todo tipo de
electrodomésticos (lavadora, secadora, lavavajillas, horno, microondas…)
Mantener este nivel de gasto de electricidad y agua, supone la
dependencia diaria de un camping para poder estar conectados.
En la mayoría de los casos, abandonan sus magnificas casas
para vivir en un camping pegados unos a otros.
La filosofía del viajero es todo lo contrario, ser
autosuficientes en electricidad, con los
mínimos aparatos eléctricos que se puedan autoabastecer con los paneles
solares, llevando unas buenas reservas de agua y gasoil….lo que te da la
libertad para acampar en lugares apartados e idílicos junto a playas, ríos,
montañas o desiertos.
Sigo leyendo....efectivamente las grandes caravanas que llevan los pickups me llamaron profundamente la atención cuando las vi por primera vez en Colorado hace unos cuantos años. Y yo pensando en llevar todo lo necesario en mi futura Sprinter 4x4....con una o ninguna tele !!!! Os veo en las Rocosas.
ResponderEliminarCoincido con vuestra filosofía. Dejar tu casa confortable para meterte en tu caravana confortable no tiene mucho sentido. Además, presumo que esas grandes "motorhome" valen un dineral.
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