Este paso fronterizo con Malasia es multitudinario, miles de
vehículos y personas lo cruzan todos los días y salvo las colas, los trámites se realizan sin mayor problema.
Nuestra intención ahora es subir por el mar de China, la costa este que nos
queda por conocer.
Esta zona sur permanece más aislada del turismo y encontramos
pequeños y solitarios poblados de pescadores.
La pesca artesanal en sus ligeros barcos, la alternan con la
cría de pescado y cangrejo en viveros junto al mar.
Una de las noches paramos a dormir cerca de una cabaña de
madera donde vive un pescador. Por la mañana viene a visitarnos al camión y a
invitarnos a desayunar en su casa.
La playa es tan salvaje que con la marea baja encontramos unas
buenas almejas y con unas gambas que compramos a los pescadores tuvimos un
magnifico aperitivo.
Nuestro nuevo amigo también nos obsequio con unos cocos, la
mejor manera de saciar la sed.
El 5 de diciembre es el cumpleaños del rey que es sumamente
venerado, de tal manera que se festeja como el día del Padre. Las calles se
engalanan con el color amarillo que representa al rey y la bandera tailandesa.
El calor agobiante del sureste asiático es más llevadero a la
orilla del mar, aunque ahora tenemos más cuidado al bañarnos por culpa de las
medusas.
Las playas se suceden y aunque son de gran belleza, sus aguas
están turbias y la arena, a menudo, tiene bastante suciedad.
Las lluvias nos siguen visitando todos los días y a veces nos regalan
con espectaculares arco iris.
Nuestra próxima parada es la ciudad de Hua Hin, donde hemos
quedado con nuestro amigo Federico, al cual conocimos cuando bajábamos hacia
Malasia.
Federico es un catalán que decidió afincarse en Tailandia,
donde se caso hace unos años con su mujer Puli. Nos invitaron a pasar con ellos
unos días en su preciosa casa.
Nuestro anfitrión es muy cocinillas, con el fuimos a conocer
el mercado y hacer la compra para el arroz y calamares que es una de sus
especialidades.
Cuando estas fuera de España tanto tiempo, se agradece la
compañía de otros compatriotas y poder compartir un buen vino, una buena comida
y una buena charla.
Dejamos Hua Hin continuando hacia el norte, esta vez
circunvalando Bangkok. Nuestro destino es el
Parque histórico de Ayutthaya.
A unos 86 kilómetros al norte de Bangkok se encuentra la
ciudad sagrada de Ayutthaya, que durante cuatro siglos fue la capital del reino
de Siam.
El recinto arqueológico de la vieja capital, ocupa el centro
de la isla formada por la canalización de los ríos Chaophraya, Lopburi y Pa
Sak. Consiguiendo que la ciudad fuera fácil de defender ante las invasiones
birmanas.
Algunos de sus templos nos transmiten la grandiosidad de su
pasado histórico.
Llama la atención el gran Buda yacente de más de 40 m. de
longitud. Antiguamente, la enorme estatua permanecía protegida en el interior
de un templo, pero este fue totalmente destruido por los invasores birmanos en
1767.
En otro templo, una cabeza de Buda incrustada en las raíces de
una higuera, tiene un carácter sagrado ya que se va elevando del terreno
conforme crece la higuera.
Fuera del recinto, en el extremo sureste de la ciudad, se
encuentra el templo de Yai Chai Mongkhon, construido por Naresuan para celebrar
la victoria en el singular combate que mantuvo con un príncipe birmano a lomos
de su elefante.
Estamos a principios de diciembre y queremos volver a Laos
para dejar el camión y pasar la Navidad en España. En Tailandia no lo podemos
dejar ya que solo permiten un mes. Cerca de nuestra ruta se encuentra el parque
nacional de Khao Yai.
Un sendero a través de la jungla, nos conduce a un bello
rincón donde el rio se precipita hacia una profunda poza.
Nuestra siguiente parada es la ciudad Phimae, un pequeño
pueblo de la provincia de Nakhon.
Aquí se conserva el mejor templo jemer de Tailandia.
El templo a orillas del rio Mun, está formado por un conjunto
de edificios de ladrillo y arenisca, que fueron construidos en el siglo XI por
el rey jemer Suryavarman I.
Al caer la noche tuvimos la suerte de asistir a una
representación de la épica hindú del Ramayana, que se celebro en los jardines
de estas hermosas ruinas.
Esta ha sido nuestra última visita en Tailandia. Seguimos
hacia el norte y a 350 km. llegamos a la frontera con Laos. Dejaremos el camión
en Vientián y volaremos a España para pasar la Navidad.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas…………..
La exótica Tailandia es uno de los países del mundo más
placenteros para visitar.
En el sur encontramos espectaculares playas e islas remotas,
bañadas por las cálidas aguas del Índico.
El norte nos sorprende por sus hermosos parajes de montaña y
parques naturales, donde viven las etnias minoritarias, tratando
desesperadamente de aferrarse a sus costumbres ante el boom turístico que les
llega.
En el centro destaca la bulliciosa y cosmopolita Bangkok, pero
sobre todo un impresionante patrimonio cultural, manifestado en las ruinas de
un buen numero de templos budistas e
hinduistas medievales.