lunes, 6 de agosto de 2018

EEUU, de Rocky Mountain a Denver.



Entramos en Colorado por el norte, muy cerca de donde se encuentra nuestro próximo destino, el Parque Nacional Rocky Mountain.







El pueblo Estes Park es la puerta de entrada y donde se concentran la mayoría de los servicios.







También es un lugar residencial con bonitas casas, construidas con un mismo estilo arquitectónico que dan armonía al paisaje.







Destaca el elegante Hotel Stanley con más de 100 años de antigüedad, que desde una colina domina el pueblo.







La primera incursión al parque la hacemos por la entrada sur denominada Wild Basin. Nos recomiendan el sendero hacia las cascadas Ouzell.







El sendero discurre paralelo al rio hasta un rincón de enormes bloques de piedra donde se precipita rodeado de pinos centenarios.










De vuelta paramos en el lago Lily, donde nadan algunos jóvenes castores.










Y como siempre, las ardillas correteando por los caminos.




En Estados Unidos es bastante complicada la acampada libre, todo está regulado. En el pueblo, uno de los pocos sitios donde se puede pasar la noche es el aparcamiento de la iglesia San Bartolomé.







Un lugar apartado y tranquilo, donde incluso un ciervo apareció al atardecer.




Al día siguiente accedimos al parque para explorar su parte central por la carretera Bear Lake.







Un camino de unas tres horas de marcha nos lleva a las cascadas Alberta y al Lago del Oso.










Por la tarde recorrimos Moraine Park, un gran valle con un rio de aguas cristalinas, donde apaciblemente pastaban decenas de ciervos.










Atraídos por la abundante hierba fresca de la pradera.










La primavera  florece por todo el parque, como estas coloridas piñas.




Siguiendo hacia el interior del valle descubrimos dos machos, que sorprendentemente ya tienen muy desarrollada su cornamenta.










Al día siguiente salimos por la Trail Ridge Road, que es la carretera pavimentada más alta de Estados Unidos, llegando hasta los 3713 metros de altitud.







Los americanos dicen que es uno de sus más bellos recorridos de montaña. A más de 3500 metros el frio se conjuga con un sol esplendido que induce a echar a volar el espíritu.







Un sendero nos lleva cumbreando con esplendidas vistas de los valles. El mal de altura se deja sentir con el esfuerzo de la caminata. Las marmotas también disfrutan del soleado día.







Cerca del paso más elevado una manada de ciervos realzan la belleza del entorno.




En el punto más alto de la carretera esta el Alpine Visitor Center.




Descendemos recreándonos en el paisaje alpino, hasta la zona de los grandes lagos, ya fuera del parque. Aquí nos encontramos con un alce y su cría.













Atrás han quedado las montañas y la vida salvaje, entramos en la llanura donde se extiende Denver con sus grandes avenidas plagadas de automóviles.




Siempre que podemos, hacemos coincidir la llegada a estas macro ciudades con el domingo, pues es mucho más fácil la circulación y el aparcamiento. Esta vez nos permitió llegar casi al centro de la ciudad. Muy cerca del Museo de Arte.







La avenida 16, llamada Street Mall es peatonal y es donde se concentran la mayoría de restaurantes y comercios.







Hoy 3 de junio, se celebra el  “ HeyDay” y el centro está ocupado por una especie de mercadillo, donde se vende artesanía, ropa, comida……







En un escenario en la explanada ante el Capitolio, se suceden distintas actuaciones, un ambiente festivo y relajado en los jardines del centro.










La ciudad propiamente dicha, cuenta con unos 500.000 habitantes, pero su área metropolitana, que incluye siete condados, es de 2,4 millones de habitantes. Solo en el centro se pueden ver grandes edificios.










Dejamos la ciudad y nos dirigimos hacia el suroeste. Poco a poco el intenso tráfico va desapareciendo y la naturaleza recobra su protagonismo.







Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas………….

La mayoría de las ciudades de Estados Unidos no están construidas a escala humana. Se extienden en grandes áreas de casas unifamiliares, unidas por enormes avenidas y autopistas.

Todo está lejos y es imprescindible utilizar el coche para cualquier desplazamiento, ya sea ir al banco, al supermercado o a comprar una hamburguesa en el McDonald.

Se podrían haber ahorrado hacer las aceras pues prácticamente nadie las utiliza.

Incluso cuando cruzamos pueblos pequeños, es difícil hacer una foto de recuerdo, sus calles tan anchas y la dispersión de sus casas, hacen casi imposible una visión global.

Denver es un ejemplo de estas ciudades hechas para los coches y no para las personas. 

Se extiende en un área que mide 70 km. de norte a sur y 50 km. de este a oeste y solo en el centro, desde el capitolio a las vías del tren, esta la única calle peatonal con 1,6 km. Y aunque no circulan los coches hay un servicio de autobuses que te desplaza por ella gratuitamente.


2 comentarios:

  1. Thank you for sharing your beautiful photos and comments. I met you in the Grand Tetons in May. I want to travel tour in Spain and France. Andrea

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  2. Hola trotamundos. ¿Venís en Navidad a España?
    Que recuerdos las Rocky Mountains y los alrededores de Denver, incluyendo el lago del oso, que rodeamos hace más de 15 años. Estuvimos allí en un recorrido en "OCHO" desde DENVER hasta Yellowstone por el Norte y hasta Santa Fe por el sur. Que tiempos !!! Ahora estoy preparando para el año que viene la elección de una Furgo 4x4 Overland (Citroen Jumper Dangel 4x4 vs. Mercedes Sprinter 4x4). Capacidad camper vs. cualidades offroad.
    Un fuerte abrazo.

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