lunes, 19 de marzo de 2018

Canadá, Parques Nacionales Banff y Yoho.


Estamos a mediados de septiembre y han caído las primeras nevadas, embelleciendo aun más el paisaje.




Bajando de los Campos de Hielo, hacemos una pequeña caminata para ver las cascadas Panther y Bridal.










Cerca de las cascadas, unos rebecos blancos lamian la tierra en busca de los minerales que necesitan para completar su alimentación.







Siguiendo hacia el sur paramos para hacer el sendero que nos llevara al cañón Mistaya.










Un impresionante tajo que el rio ha abierto en la roca dejando una sima de paredes verticales.







La carretera de 230 km. entre Jasper y Lago Louise serpentea entre las cumbres recortadas de las Rocosas y ofrece a cada curva una vista aun más increíble que la anterior.




En el lago Waterfowl hicimos una larga y arriesgada travesía en canoa.







No te creas nada de lo que te digan y de lo que veas solo la mitad.




Un increíble día de sol en un increíble entorno.







Continuamos hacia el sur, hasta el cruce con la Highway 1, que tomamos en dirección oeste, hacia el Parque Nacional Yoho. En la lengua Cree significa  “sobrecogimiento y asombro “, sin duda por la belleza de sus montañas, lagos y cascadas.




En el extremo sur del parque se encuentran las cascadas Wapta, a las que llegamos después de una caminata de 3 km. entre coníferas y musgo.










Una espectacular cascada con el valor añadido de ser poco visitada, pues está un poco apartada de las rutas más turísticas.










En el centro de Yoho se encuentra la pequeña población de Field, donde está el centro de información.







Desde aquí tomamos la carretera que conduce al Lago Esmeralda. Antes de llegar a él, nos paramos en el puente natural de roca sobre el rio Kicking Horse.








El lago Esmeralda, debe su nombre al intenso color de sus aguas y es un lugar apartado y tranquilo en medio del parque.











Muy popular para hacer piragüismo y senderismo. Un bello lugar para un rustico lodge.











Al día siguiente, por la Yoho Valley Road accedemos a las altas cascadas Takakkaw.








Con una caída de 254 metros, se encuentran sin duda entre las más impresionantes de Canadá. Aunque ahora, al final del verano con menos agua son menos espectaculares.








Damos por terminada nuestra visita a P.N. Yoho y regresamos por la Hihgway 1  hacia el sur, de nuevo al P.N. Banff.








Desde el centro de visitantes en la pequeña población Lake Louise salen autobuses cada 15 minutos para acceder a los lagos Moraine y Louise. Es tal la afluencia de visitantes y el poco aparcamiento, que está restringido su acceso.





Aunque está lloviendo cuando llegamos al lago Moraine y la bruma cubre parte de las montañas, no le resta belleza a este reluciente lago azul turquesa.








Pero sin duda, una de las mayores atracciones de este parque, es el lago Louise rodeado por altos picos nevados, la imagen más emblemática de Banff.





El impactante color de sus aguas se debe a los depósitos de cieno glaciar que permanecen bajo la superficie. Conocido como harina de roca, este se produce por el deslizamiento de los glaciares.





En un extremo del lago, el imponente hotel Chateau Lake Louise construido en 1894, domina el paisaje.





Siguiendo hacia el sur, llegamos al cañón Johnston, uno de los senderos más populares del parque.





Un paseo de tres kilómetros a lo largo del cañón, nos lleva hasta el pie de las cascadas.











Unos 25 km. más al sur llegamos a la ciudad de Banff. Creció como destino turístico al ser descubiertas sus aguas termales en la década de 1880. Fue entonces cuando se construyo el majestuoso hotel Banff Springs.





Banff permanece activa todo el año. En invierno se puede esquiar o montar en trineo de perros, en verano se llena de senderistas, ciclistas y montañeros.








Al este de la ciudad se encuentra el lago Minnewanka.





A la vuelta del lago, obscureciendo, una manada de cabras de las rocosas cruzo delante de nosotros la carretera.





Al pie del monte Sulphur se halla el emplazamiento del manantial original hallado por los trabajadores del ferrocarril en 1883. Hoy convertido en emplazamiento histórico con un museo sobre la historia del crecimiento de Banff.





Un teleférico nos sube a la cumbre del Sulphur de 2281 m. Desde allí los miradores ofrecen unas vistas espectaculares de las Rocosas.











Que rápidos han pasado estos días, nuestros amigos se tienen que marchar y hacemos una barbacoa de despedida.








Mapas del recorrido.








Filopensamientos y otras cosas…………………

Las Rocosas forman parte de una cadena montañosa que se extiende desde México y a través de Estados Unidos hasta Canadá.

Hace, entre 65 y 100 millones de años, un levantamiento lento pero masivo de la corteza terrestre, provocado por el deslizamiento de la placa tectónica del Pacifico debajo de la Norteamericana, provoco la aparición de las Rocosas.

Sus montañas abruptas y puntiagudas denotan la juventud de esta cordillera, geológicamente hablando, si las comparamos con el escudo canadiense de más de un billón de años.

El hallazgo de las aguas termales de Banff en 1883 animó al gobierno federal a crear el primer parque nacional de Canadá. Desde 1984 los parques Banff, Jasper, Joho y Kootenay han sido declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Cerca de cuatro millones de visitantes disfrutan cada año del senderismo, la escalada y el piragüismo en verano y del esquí en invierno.