Dejamos la ciudad universitaria de Tomsk y la carretera con
sus murallas de coníferas a ambos lados se dirige a Novosibirsk.
Novosibirsk es una ciudad moderna y la más grande de Siberia,
con un millón y medio de habitantes, cruzada por el rio Ob. Sus únicos
atractivos, según nuestra guía, son sus pub y su vida nocturna, así que la
bordeamos sin acercarnos a ella.
Desde esta ciudad las llanuras siberianas ocupan miles de
kilómetros en cualquier dirección. Muchos de ellos ocupados por grandes
cultivos de cereales.
Novecientos kilómetros después de inalterable paisaje desde
Tomsk, llegamos a Omsk, otra gran urbe de un millón doscientos mil habitantes
que bordeamos por el sur.
A 55 km al sureste de la ciudad se encuentra el monasterio
Archairsky, construido en 1905. (N54 40 06.2 E73 49 03.6)
Destruido y convertido en gulag en 1930, mas de 200.000
personas murieron o fueron ejecutadas en el.
Las carreteras, como viene siendo habitual desde que entramos
en Rusia, alternan tramos de distintos asfaltos de regular a muy malos, con
continuas obras.
Estamos a mediados de julio y aunque no es el verano del
Mediterráneo, por todos lados encontramos familias bañándose en improvisadas
playas a orillas de lagos y ríos.
A menudo medio ocultas por la exuberante maleza aparecen
pueblos de aspecto pobre y aldeas que parecen deshabitadas.
Una pequeña ciudad de cien mil habitantes y para nosotros la más
interesante de Siberia.( Buen aparcamiento junto al Kremlin N58 12 03.0 E68 15
24.4)
Tobolsk fue una de las antiguas capitales de Siberia y
conserva en perfecto estado su kremlin del siglo XVIII, aunque sus primeras
construcciones datan de 1587.
Una de las salas está dedicada a los trabajos de artesanía
hecha con el marfil de los colmillos de mamut.
Las normas de decoro son tan estrictas para acceder a algunas
iglesias, que las mujeres tienen que cubrirse la cabeza y algunas veces hasta
los pantalones.
Días enteros la carretera discurre viendo pasar bosques
húmedos y umbríos de la taiga. En primavera, con el deshielo, se inunda hasta
crear una tupida maraña de ríos y riachuelos, salpicada de tierras pantanosas.
Ekaterimburgo, con un millón trescientos mil habitantes, es
recordada por ser la ciudad donde fue asesinado el Zar Nicolas II y toda su
familia en 1918. El sótano donde fueron ejecutados fue destruido por Boris
Yetlsin porque se estaba convirtiendo en un lugar de peregrinaje para los simpatizantes monárquicos.
En todas las ciudades rusas, por muy pequeñas que sean, tienen
un monumento en recuerdo a los caídos en la II Guerra Mundial. En esta ciudad
ocupa un amplio parque a las afueras.
Continuando hacia el este cruzamos los montes Urales, que
separan Asia de Europa, y aunque se extienden varios miles de kilómetros de
norte a sur, los cruzamos casi sin darnos cuenta por su reducida altura. El
punto más alto que se asciende por la carretera es de 430 m.
Como ya hemos dicho, la travesía de Siberia tiene muy pocos
puntos de interés. En el pueblo de Kungur, su cueva de hielo es una de las
pocas atracciones que encontramos en el camino. (N57 26 27.3 E57 00 21.1)
Su visita no es muy interesante, porque solo hay una zona con
hielo y es más la iluminación de colores que lo bonito de la cueva. Además toda
la explicación que da el guía obligatorio, es en ruso.
Desde Kungur nos dirigimos hacia el norte por una carretera
comarcal, buscando el famoso gulag Perm-36, cerca de Chusovoy. (N58 15 47.6 E57
25 51.2)
Con el deshielo que se produce en la primavera y la explosión
de vida que surge en este tiempo, los insectos invaden el campo, mosquitos, moscas,
tábanos…hacen difícil trabajar en el sin una completa protección.
Perm-36 fue uno de los miles de campos de trabajo para
prisioneros políticos o en otras palabras disidentes al régimen.
Aunque su restauración deja mucho que desear todavía se puede
apreciar parte de las cinco alambradas y vallas que rodeaban el campo, algunas
de ellas electrificadas.
Este campo permaneció
abierto desde 1946 a 1988 y en el estuvieron recluidos artistas, científicos e
intelectuales, trabajando en la tala de árboles.
Algunas viejas fotos muestran la dureza en la que se
desarrollaban esos trabajos, condiciones climatológicas extremas, escasa
alimentación y solo tenían derecho a una visita al año.
Aquella noche acampamos a las orillas del rio Chusovaya y al
fondo podíamos ver el Perm-36. Este rio era utilizado para el transporte de los
troncos de árboles.
En numerosas ocasiones nos cruzamos con los camiones rusos Kamaz
6X6 mejor adaptados que los 4X4 a las difíciles condiciones del terreno de la
taiga y la tundra.
Miles de kilómetros la taiga sigue imperturbable a nuestro
lado, campos anegados de agua, pantanosos bosques, invadidos por pequeños
insectos, que los hacen inhabitables, incluso para los animales.
Filopensamientos y otras cosas……………
La taiga forma parte de la masa boreal más vasta que existe en
la tierra y se extiende desde el mas Báltico al océano Pacifico, imprimiendo su
carácter a toda Siberia.
La taiga llena los ojos del viajero pues, exceptuando algunos
campos de cereales y praderas donde pasta el ganado, se extiende por todas
partes hasta cubrir el horizonte.
Impenetrables bosques de abetos, alerces y sobretodo abedules
blancos nos rodean, tierras pantanosas donde el agua domina la tierra y ríos
que parecen mares hacen infranqueable el paso mas allá de sus límites y aunque
estemos rodeados de naturaleza, esta es tan salvaje que no deja ni un pequeño
resquicio para disfrutar de ella, convirtiendo nuestro paso por Siberia en un
aburrido transcurrir de días y kilómetros.
por favor en el cabezero falta un enlace a la pagina principal
ResponderEliminarEsta justo al final del articulo.
ResponderEliminarMe estás convenciendo. ¡Parece muy aburrido!
ResponderEliminarAbrazos