Estamos a mediados de septiembre, cuando la situación política
en Nicaragua está muy tensa por los graves disturbios y manifestaciones que han
costado más de 400 vidas. Decidimos cruzarla lo más rápidamente posible.
Para agilizar la entrada al país es necesario solicitarlo por
Internet con una antelación de 7 días. De todas formas hay que tener paciencia
con los funcionarios que siempre se demoran un poco con los tramites. Pagamos
5$ por fumigar el camión y 12$ por persona en inmigración.
El país que encontramos no daba la imagen de las noticias que
teníamos, todo estaba tranquilo y con mucha presencia policial.
A 117 km. de la frontera llegamos a la ciudad de León y paramos
a visitarla.
León de Santiago de los Caballeros, es una de las ciudades
coloniales más monumentales de América. Fue durante 200 años, hasta 1851,
capital de Nicaragua.
Numerosos palacios, iglesias, teatros y colegios sobresalen en
sus rectas y largas calles de su cuadriculada urbanización.
Junto al Parque Central se encuentra la catedral metropolitana,
barroca y neoclásica.
En su amplísimo interior, cerca del altar, está enterrado
Rubén Darío, junto a un león de mármol y a los pies de San Pablo.
León también cuenta con la universidad más antigua de
Centroamérica, fundada por las cortes de Cádiz poco antes de su independencia.
En sus calles encontramos un viejo mural que de nuevo, en el
siglo XXI, vuelve a estar vigente.
Seguimos hacia el suroeste bordeando la capital Managua y nos
dirigimos a Granada, nos sorprende el buen estado en que esta la carretera y la
poca circulación que hay.
En la Granada nicaragüense también se lee en uno de los
azulejos de la casa de los leones “Tampoco hay en la vida nada como la pena
de ser ciego en esta Granada”.
Por su marcado carácter colonial es la capital turística de
Nicaragua, fundada en 1524 por el capitán español Francisco Hernández de
Córdoba.
Aunque la ciudad fue asaltada varias veces por corsarios franceses
e ingleses y también sufrió un importante incendio en 1856, la mayoría de sus
nobles edificios se han conservado.
Se encuentra a orillas del lago Nicaragua, que ellos lo
denominan el Mar Dulce, con una extensión de 8.264 km2.
La inestabilidad por la que atraviesa el país en estos
momentos es patente en sus calles vacías de turistas.
Como en toda Centroamérica cualquier negocio o edificio
público está protegido por guardias de seguridad privada con ostentosas armas.
El mercado ajeno a la política sigue su ritmo habitual.
De Granada tomamos dirección sur para encontrarnos de nuevo
con las playas del Pacifico en San Juan del Sur, donde por una pista de tierra
con pronunciados desniveles de unos 10 km. llegamos a Playa Madera.
Un lugar salvaje de islotes, playas de arena, arrecifes y
acantilados, donde el mar de fondo del Pacifico arremete con su constante
violencia.
Ahora solitario por la escasez de turismo.
San Juan del Sur es un tranquilo pueblecito que vive de la
pesca y del turismo, situado en una bonita bahía con forma de herradura,
rodeada de colinas de espesa vegetación.
Desde aquí solo nos separan 43 km. de la frontera con Costa
Rica, que pasamos por el puesto fronterizo de Peñas Blancas. Pagamos por
persona 1$ de impuestos municipales y 2$ de tasas de aduana.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas………….
El termino Nicaragua proviene del nombre del cacique Nicarao.
Es el país de mayor extensión de Centroamérica, con 130. 668 km2.
No es un buen momento para hacer turismo por este país, aunque
la policía nos dice que ahora todo está tranquilo. Pero después de 400 muertos
en la revuelta, no hay nada solucionado y el país se encuentra en una calma
tensa.
Nicaragua estuvo gobernada por el somocismo, dictadura
socialista que gobernó con mano de hierro cometiendo numerosas arbitrariedades,
entre 1937 y 1979. Esto desemboco en una guerra civil conocida como guerra de
liberación que gano el FSLN (Frente sandinista de liberación nacional) siendo
presidente el joven Daniel Ortega hasta 1990. En el 96 se hace de nuevo con el
poder, que de una forma u otra, cambiando de partido y acusándolo de fraude
electoral, se ha mantenido hasta nuestros días.
La política de Daniel Ortega es al estilo de Maduro en
Venezuela o Evo Morales en Bolivia.
Tanto los que hicieron la revolución sandinista como sus
sucesores, ven alejarse de nuevo sus ambiciones democráticas por una nueva
dictadura, todo ello además agravado por la riqueza que acumula el presidente
en uno de los países más pobres de América.
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