domingo, 18 de noviembre de 2018

EEUU. De Yosemite a San Francisco.



La carretera hacia Yosemite parte de la ciudad de Fresno. De nuevo remontamos la cordillera hasta situarnos por encima de los 1.600 m, donde pernoctamos a las puertas del parque.





Unos kilómetros después del control de acceso ya vemos el primer oso.








Nuestra primera incursión al parque la hacemos por la ruta hacia Glacier Point. La carretera nos eleva hasta los 2300 metros siguiendo las cimas del lado sur del valle del Yosemite, desde donde tenemos las mejores vistas del valle.




Un recorrido a pie hasta la cima del Centinela nos lleva por los mejores miradores de este parque. A lo lejos vemos las cascadas Yosemite.







Y cerca de ellas la imponente pared granítica del Capitán, que ronda los 1000 metros de altura.




El sendero es muy aéreo entre cornisas y paredes verticales, asomándonos al grandioso espectáculo del valle glaciar del Yosemite.










El paisaje que rodea al Centinela es tan extraordinario que en el tiempo que permanecimos allí asistimos a la celebración de dos bodas.







Continuando la carretera hasta su punto final llegamos a Glacier Point. Al frente se alza el Half Dome, que junto con el Capitán son las montañas más emblemáticas de este parque.







También se ven las cascadas Vernal y Nevada.










Durante los meses de julio y agosto es tal la avalancha de visitantes, que para conseguir una plaza de aparcamiento tienes que madrugar. Hoy queremos hacer el sendero a las cascadas Vernal.







Es uno de los senderos más frecuentados y recorre el rio hasta el pie de la cascada.










Los animales dentro del parque se sienten protegidos y son fáciles de fotografiar.










El valle del Yosemite, en el centro del parque, constituye uno de los más bellos ejemplos de valle glaciar, por donde hoy discurre el rio Merced.







Fue la primera zona protegida del mundo en 1864, por un decreto firmado en persona por Abraham Lincoln.




Una agradable excursión en bicicleta por el valle nos lleva a descubrir parte de su privilegiada fauna y flora. A este oso lo pillamos comiendo manzanas subido en el árbol.







Las cascadas Yosemite son las más altas del parque, la superior es visible desde todo el valle. A la inferior se llega por un corto sendero.







En el centro de visitantes hay un museo dedicado a los indios miwok y painte.










Y como no, los ciervos no pueden faltar.








Sin duda, para los que hemos practicado la escalada, la pared del Capitán es un símbolo a nivel mundial.





Con la ayuda de los prismáticos localizamos en la mitad de la pared dos escaladores arrastrando su equipo a lo largo de la fisura de una de sus vías.










Casi enfrente del Capitán se encuentran las cascadas Bridalveil.




Y tenemos otro encuentro con un oso negro.




Saliendo del parque divisamos por última vez este valle.




La carretera desciende por un largo puerto de montaña y bajamos a las sofocantes llanuras con un paisaje poco atractivo, donde se suceden las plantaciones de frutales y hortalizas de California.




A unos 350 km. de Sierra Nevada entramos en la zona lacustre de la costa del Pacifico formada por rías, zonas inundables y pequeñas bahías.







Nos dirigimos al norte de San Francisco porque queremos ver el Pacifico.








 Entramos en la Reserva Marina Punta Reyes y nos llevamos una sorpresa, la temperatura había descendido hasta los 16º C., la niebla cubría todo el horizonte y el agua del mar es extremadamente fría.







La corriente fría de Alaska choca con el calor de la tierra creando una espesa niebla costera y dulcificando el verano en la costa californiana.







Al día siguiente seguimos bajando por la costa hacia San Francisco.










Por esta ruta entramos directamente por el famoso puente Golden Gate.







La aplicación Ioverlander recomienda un parking cercano al Palacio Bellas Artes, desde donde empezamos nuestra visita.







Es el edificio más notable que ha sobrevivido a la exposición internacional de 1915. Su arquitectura es sensacional, mezclando elementos clásicos y neo romanos.




Desde allí nos vamos paseando al centro de la ciudad.




San Francisco es una de las ciudades más interesantes y agradables de visitar de Estados Unidos.







El español Juan Manuel de Ayala desembarco en estos parajes en el año 1775. A mediados del siglo XIX se descubrió oro y una oleada de buscadores transformo esta ciudad en tamaño e importancia.







En la zona de los muelles se encuentra el turístico Pier 39, uno de los lugares más frecuentados.










Aquí vive una colonia de leones marinos, que se pasan el día sesteando, ajenos al bullicio que los rodea.







Al día siguiente cogimos las bicicletas para hacer una excursión hasta Sausalito, aprovechando el carril bici que recorre el Golden Gate.




Este puente es el símbolo de San Francisco. Tiene una longitud de 2.737 metros y en su tiempo fue el puente colgante más largo del mundo.




Al otro lado y frente a San Francisco se encuentra el pequeño y coqueto pueblo de Sausalito. Las nieblas casi perpetuas procedentes del océano saltan por encima de las colinas.







La vuelta a San Francisco la hicimos en un ferri que cruza la bahía.







Pasamos junto a la isla de Alcatraz, que no pudimos visitar porque estaba todo reservado hasta septiembre.




Desde el barco tenemos otra imagen de San Francisco.




Mapas del recorrido.







Filopensamientos y otras cosas……………

La escalada de la pared de granito del Capitán es de una enorme dificultad. Aquí se crearon las bases del nacimiento y desarrollo de la llamada escalada extrema.

La primera ascensión se realizo en 1978.

A esta mítica y vertiginosa pared llegaron los hermanos Garcia Gallego, conocidos como Los Murcianos, y realizaron en 1981 una de sus vías más difíciles, La Salathe, de 1.162 metros.

Los americanos se jactaban de que solo ellos y sus habilidad en la escalada hacia posible abrir nuevas vías en esta pared. Pero los murcianos que habían abierto caminos verticales en las paredes más difíciles del mundo, llegaron aquí e hicieron historia en el invierno de 1988. Abrieron la via que llamaron Murcia Costa Cálida. La dureza del clima y la dificultad de la roca los obligó a realizar una de las escaladas más largas del alpinismo, estuvieron colgados de la pared 57 días consecutivos.

Años después abrieron tres vías más, entre ellas, la directísima Mediterráneo, con 25 buriles de anclaje debido a la escasez de grietas donde poner las clavijas. Todavía hoy está considerada de una dificultad extrema.


1 comentario:

  1. Interesantísimo el comentario sobre "Los Murcianos". Había oído hablar de ellos, pero no sabía lo de sus hazañas en el "Capitán"
    Por cierto, ¿Quién de vosotros ha hecho escalada?

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