Dejamos Cabo Norte a mediados de agosto, con unas temperaturas
más propias del invierno, ya que raramente pasan de los 10º.
En la II Guerra Mundial también estas tierras vivieron violentos
combates. Como muestra este bunker reventado
a pesar sus de varios metros de espesor de hormigón y hierro.
Alta, con 19.000 habitantes, es la ciudad noruega más
importante por encima del paralelo 70ºN. Una ciudad moderna, con agradables
plazas y actuales centros comerciales. Su reciente iglesia inspirada en las
auroras boreales da prueba de ello.
A unos cuatro kilómetros, al final del fiordo se encuentra el
museo de Alta.
Declarados sus acantilados Patrimonio de la Humanidad por los
más de 6000 petroglifos del final de la Edad de Piedra. Estos muestran escenas
de caza, símbolos de fertilidad, osos, alces, renos y barcos llenos de
pasajeros.
Es un autentico placer que 10.000 años después de estos
grabados, los humanos podamos seguir disfrutando de la compañía de la vida
salvaje.
Los noruegos saben compaginar muy bien su confortable y
moderno modo de vida con la conservación de sus espacios naturales.
La actividad pesquera en Noruega es una de las más importantes
del mundo. Sus capturas principales son el bacalao y el salmón. Pero nos llama
la atención la transformación hacia las piscifactorías, que vemos fondeadas en
las aguas calmas al final de los fiordos.
Seguimos descendiendo hacia el sur por la estrecha carretera
que contornea la costa ofreciéndonos continuamente la imagen más típica de este
país.
Muy a menudo, desde los enormes farallones que caen verticales
al mar, vemos pequeños arroyos que se precipitan desde lo alto, formando
vistosas y espectaculares cascadas.
Estábamos en contacto con nuestros amigos Pepe y Alegría, que
desde Madrid subían hacia Cabo Norte. El punto de encuentro fue la pequeña
población de Birtavarre en el fiordo Lyngen.
Venían con su amigo Carlos y con ellos compartimos cena,
desayuno y una amigable y divertida charla de la política en España y sobretodo
de viajes.
Casi todas las noches tenemos la oportunidad de encontrar
sitio de acampada con inmejorables vistas.
Algunos de los aparcamientos y puntos de información están
especialmente cuidados y decorados por artistas locales.
El elevado nivel de vida en Noruega queda reflejado
especialmente en sus cuidadas casas y jardines. Y es raro no encontrar en ellas
una caravana.
Un laberinto de cabos, bahías, fiordos e islas conforman la
escarpada costa noruega. Comunicados por puentes, túneles y ferrys, como el que
une el continente a la isla Hinnoya.
Antes de cruzar el puente, una caminata de varias horas nos
conduce a la cima del Kvitnesveten, desde donde tenemos unas bonitas vistas del
entorno.
Aunque el día estaba soleado, en muy poco tiempo las nubes
cubrieron el cielo y tuvimos que correr para no mojarnos.
Hinnoya es la isla más grande de Noruega y forma parte del
archipiélago de las Vesteralen. Su capital Harstad es un importante puerto
protegido de la violenta fuerza del océano.
Y aunque no son tan
espectaculares como las Lofoten, son más silvestres.
Los zorros rojos son muy difíciles de ver, nosotros tuvimos la
suerte de que uno se nos cruzara en la carretera. Seguramente se trataba de una
cría que andaba despistada.
Para avanzar en esta encrucijada de bahías y canales, muchas
veces es más interesante cruzar en un transbordador que continuar por la
sinuosa carretera, ahorrándonos un montón de kilómetros.
Al norte de la isla de Langoya se encuentra el pequeño pueblo
de Nyksund, al que se llega por una angosta carretera, entre el acantilado y el
mar.
Este puerto pesquero se formo con la unión de dos islas y
permaneció abandonado varias décadas, ahora una asociación alemana lo está
reconstruyendo.
El senderismo en Noruega es una de las actividades más
populares y sus abruptas y elevadas montañas siempre nos llevan a
espectaculares balcones.
En las cimas donde terminan las rutas, existe un buzón con un
libro para dejar constancia de tu paso.
Otras veces la ruta discurre junto al mar.
En muchas ocasiones encontramos refugios para el mal tiempo,
donde se puede hacer fuego y pasar la noche.
Lo que más echamos en falta en este país es su pasado
histórico y cultural, solo representado en sus museos. Desde los vikingos hasta
los poblados de pescadores del siglo pasado han desaparecido, posiblemente
porque sus construcciones eran en madera y perecieron en el tiempo. Ahora todo
parece nuevo y recién construido.
El paisaje es la esencia de Noruega. Durante cientos de miles
de años los glaciares esculpieron impresionantes formaciones naturales, dejando
un paisaje lleno de fiordos, lagos, ríos, montañas y cascadas.
Mapas del recorrido.
Filopensamientos y otras cosas………………..
En su libro “La aventura de viajar” escribe Javier Reverte:
En los grandes viajes, hay que estar dispuesto a dejar de ser
quien eres y convertirte en una persona distinta. No existe el gran viaje si
cuanto sucede en el camino no te transforma de alguna manera.
No puedo resistir a escribiros ya que he reconocido en vuestra mención a Nyksund el trekking "que no pude hacer" del "sendero de la reina" que va de este bello pueblecito a Stø.
ResponderEliminar!!Que bello es viajar y reconocer en las fotos de otros algún rincón que has visitado!!!
Suerte con vuestra partida a Canada