martes, 5 de abril de 2016

Malasia, la costa del Mar de China.


Desde nuestra entrada a la península malaya, hemos viajado por la costa oeste del país buscando playas solitarias y parques naturales, pero lo que hemos encontrado han sido bulliciosas ciudades, carreteras saturadas de tráfico y muy pocos espacios naturales. Ahora iniciamos el regreso por la costa este esperando que sea más tranquila.
Una magnifica autopista cruza la península. El centro del país está dominado por la jungla y las extensas plantaciones de palmeras y arboles del caucho.







Nuestro primer encuentro con el Mar de China, cerca de la población de Kuantan es bastante prometedor, por fin un paraje natural libre.








Un pequeño poblado de pescadores en la desembocadura de un rio.




Las lluvias monzonicas castigan con especial virulencia esta costa manteniéndola más virgen y menos poblada.




En Malasia, al igual que en todo el sureste asiático, se vive de espaldas al mar y son pocos los que se bañan, aunque totalmente vestidos, unos por el sol y otros por motivos religiosos.




Para nosotros darnos un baño para mitigar el fuerte calor, en una playa solitaria, es todo un lujo.







La carretera discurre paralela a la costa.








Kuala Terengganu es la capital de la provincia y sede de los sultanes de Terengganu. Fue una aldea pesquera hasta que los ingresos procedentes de los pozos petrolíferos del Mar de China meridional la convirtieron en una prospera población. La Masjid Tengku Tengah Zaharah es conocida como la mezquita flotante.




Las playas que se extienden al norte son las más bellas que hemos encontrado en este país.







Buscando siempre la línea del mar nos metemos por estrechas y sinuosas carreteras entre cocoteros.










Malasia tiene una temperatura media de 30º y la estación de lluvias o monzones es distinta en cada costa. Las lluvias llegan al este entre mayo y septiembre y en la costa oeste por donde ahora circulamos es entre noviembre y febrero. Están en todo su apogeo y todos los días tenemos alguna tormenta.







La costa este ofrece tranquilidad rural y paisajes naturales junto al mar.







Ya cerca de la frontera con Tailandia abandonamos la costa, cruzando las montañas centrales, donde el monzón descarga un fuerte aguacero.




La carretera atraviesa el lago Temenggor.




Ahora enlazamos con la autopista que se dirige a la frontera tailandesa. Las fuertes lluvias y vientos han derribado numerosos árboles y la circulación está colapsada.







Unas horas después la tormenta ha pasado y llegamos a la frontera con un sol esplendido.




Mapas del recorrido.











Filopensamientos y otras cosas………

La costa oriental malaya ha sido, para nosotros, la zona más bonita del país.

Es una Malasia menos desarrollada, con un apreciable retraso en la evolución económica en comparación con el resto del país. Por ello, mucho más pura y exótica.
En esta costa se concentran las mejores playas de arena blanca y las islas albergan algunas de las mejores zonas de inmersión.

A nivel general, Malasia es un país de gente hospitalaria y amable, donde el viajero se siente seguro y querido. Tienen un elevado nivel económico y cultural, que hace que casi todo el mundo hable inglés. 

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