viernes, 9 de marzo de 2012

De Burkina Fasso a Ghana


Dejamos el país Loby y volvemos a la capital Ouagadougou a dejar a nuestra amiga Ines que regresaba a España.


Nosotros después de recoger los visados para Ghana iniciamos nuestra bajada hacia el sur.



En la ruta hacia Po nos desviamos para hacer noche en las proximidades de unas chozas.





Al amanecer, cerca del camión, una abuela con sus dos nietos escarbaba en la tierra, donde había puesto unas trampas a base de estiércol y paja para coger termitas.







Cerca del poblado de Tiebele vimos el baobab más grande de los que habíamos encontrado hasta ahora.





Y como siempre las mujeres trabajando, esta vez en una nueva actividad, haciendo una carbonera.





Unos pocos kilómetros después del paso de frontera cruzamos el rio que le dio nombre a este país hasta su independencia, el Volta.



Teníamos intención de conocer el parque nacional de Mole y solo llegamos hasta el primer poblado pues con diez kilómetros tuvimos bastante. Aquí preguntamos al maestro, de esta especial escuela, y nos dijo que más adelante estaba peor.  La pista de 140 km. de ida y 140 de vuelta, era tremendamente endiablada, con una tôle ondulée, que se caían los empastes.





A partir de febrero en esta zona de la sabana se acaba el corto invierno y la temperatura sube vertiginosamente rondando los 40º. Así que rápidamente nos convencimos que lo mejor era salir tocando en busca del Atlántico. En el centro del país cruzamos la segunda ciudad más importante , Kumasi, con casi dos millones de habitantes, donde circulan o andan en el caos más grande que habíamos visto hasta ahora. Pensamos que iba a ser imposible salir de allí. (Las fotos están tomadas desde el camión circulando)





Conforme descendemos hacia el sur la temperatura  va refrescando, la humedad de un 5% hasta hace unos días pasa a más del 70% y de la sabana pasamos al bosque tropical.









Cerca de Kumasi se encuentra el lago Bosumtwi un pintoresco y espectacular enclave, de un casi perfecto círculo de cinco kilómetros de diámetro, rodeado de montañas de 600 m. de altura, consecuencia del impacto de un meteorito.





Bordeando el lago se asientan pequeños poblados de pescadores. La pesca solo la realizan los hombres y como es tabú hacerlo con piraguas y remos utilizan unos tablones de madera con las puntas en forma de cuña y se impulsan con las manos, las sandalias o con un trozo de plástico.

 







Por la mañana temprano las mujeres y los niños bajan a las playas del lago a lavar los cacharos de cocina, la ropa, así como su propio aseo.






El aspecto de las aldeas es totalmente decadente. Tejados oxidados, paredes rotas y montones de maderas, cacharos……En medio de este entorno tan bonito parece mentira que sus pueblos sean tan horrorosos.






Todos los días que pasamos en el lago venia a visitarnos con mucho descaro un llamativo lagarto.



Seguimos rumbo a la costa y  vimos en la guía que en la ciudad de Obuasi pegado a la iglesia católica había un campo de golf. Así que aprovechamos la oportunidad e incluso nos quedamos a pasar la noche en el.



Campo de golf autentico africano, tuvimos que apartar unas cabricas para salir del tee del 1 y por el centro pasaba la senda que unía un barrio con la iglesia y la escuela. Pero claro jugar, los dos con los cadis y la comida nos costó como 25 euros.



En el pueblo de Dunkwa nos volvimos a encontrar a una pareja de alemanes que hacían su luna de miel bajando a Sudáfrica en dos motos diesel y con ellos estaba un belga que nos llevo a sus terrenos donde tenía su pequeña mina de oro.



Ahora trabajaba en un nuevo rodillo y torva para aumentar la capacidad de lavado de tierra. El nos decía que allí podía sacar un gramo de oro por metro cubico de tierra.



En Ghana hay tanta cantidad de oro que continuamente se ven explotaciones de este tipo, siempre en las cuencas de los ríos ya que necesitan mucha agua para lavar la tierra.



Para recorrer los 120 kilómetros de carretera nacional que nos separaban de la costa necesitamos todo el día por las malísimas condiciones en las que se encontraba.



Pero mereció la pena. Esto fue lo primero que vimos al llegar a la costa.






A los que nos gusta la mar el reencuentro con ella es motivo de satisfacción y alegría. La brisa marina que alivia las temperaturas, los largos paseos descalzos por la arena, el azul inmenso que se pierde en el horizonte, el rugir constante de las olas en la noche…………






Cruzamos Ghana del norte hacia el suroeste muy próximo a la frontera de Costa de Marfil, queríamos recorrer toda la costa del Atlántico.

Siempre buscamos los sitios más solitarios junto al mar.






 

Las aldeas que se asientan junto al mar viven principalmente de la pesca y la recolección de cocos.
 











Filopensamientos y otras cosas……

Cuando empezamos este viaje pensábamos en África como un todo, pero es tan diversa y variada como sus pueblos.

Salimos encantados de Mali y Burkina, por su hospitalidad y simpatía y al entrar en este país, más avanzado y rico, nos hemos encontrado con unas gentes menos generosas y mas antipáticas que te miran siempre con recelo.

Menos mal que la costa del Atlántico con su enorme belleza compensa un poco la balanza.


2 comentarios:

  1. Pareja me he sentado un momentico para ver el tema de la floracion de los cerezos en el jerte y he dado un vistazo al blog
    Ya os escribire en otro momento pero os dire que es espectacular las fotos que poneis, me encantan,estais hechos unos artistas
    Saludos Isidro

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  2. hola niños, que alegria saber de nuevo de vosotros. ||que ganas tengo de estar con ustedes. ¿vais a venir de visita?.sigo de baja ,con el lio de las manos y el cuello , vamos una porquerìa , pero con vosotros se me pasaran todos los males.muchos besos, Os quiero mucho.Marias.ss.

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